El quinto mestizaje, por Rolando Arellano
El quinto mestizaje, por Rolando Arellano
Rolando Arellano C.

Nadie duda de que la gran riqueza del Perú es su mestizaje, que le proporciona diversidad y gran riqueza cultural. Hoy el país vive un nuevo período de mezclas que cambiará nuevamente nuestra esencia.

El primer mestizaje ocurrió cuando los incas extendieron su territorio, mezclando su cultura con la de pueblos muy diversos. En el Tahuantinsuyo, se unieron muchas formas diversas de vivir, dioses y alimentos. Además, se extendió el quechua como lengua y se formaron las bases del Perú.

La segunda gran mezcla fue la de españoles e incas, como escribió el Inca Garcilaso, que fallece el mismo día que Cervantes y Shakespeare, coincidencia curiosa de tres culturas. Así, la cultura europea se junta con la del razonamiento más pegado a la tierra de los americanos y resulta ese país donde menos del 20% de peruanos puede considerarse blanco.

El tercer mestizaje sucede con la llegada de los africanos y luego la de los asiáticos, que no tienen empacho en mezclar sus tradiciones, ritmos y cocinas con las que ya habían en el Perú posvirreinal. Sin ellos, no tendríamos el lomo saltado, los anticuchos o la música chicha.

La cuarta mezcla ocurre en los últimos 50 años, cuando, con las migraciones, por primera vez se juntan en las periferias de las ciudades el andino, el selvático y el costeño. Así, se forma la primera nación integral peruana. No fue una lucha de clases, como dijeron algunos analistas, sino una mezcla de las diversas mayorías del Perú profundo, que luego comienza a ser aceptada por todos. 

Ahora ha comenzado un quinto mestizaje, entre lo peruano y lo internacional. Así, luego de la emigración generada por las crisis, regresan miles de peruanos con familias argentinas, japonesas o estadounidense. Con ellos llegan a “hacer la América” migrantes españoles o italianos, debido a la crisis europea, y arriban coreanos y vietnamitas por negocios. Todos traen nuevas costumbres, en un movimiento que ya es parte del país. 

¿La prueba? La mayoría de candidatos a la Presidencia de la República. Una descendiente de japoneses casada con estadounidense. El otro hijo de polaco y francesa con esposa igualmente gringa. Y atrás, entre los más destacados, quedaron una hija de cusqueño y francesa, un ex presidente cuya primera dama era belga y otro que lo fuera argentina. También a uno cuya esposa estadounidense “paraba la olla” y a uno más que era cónyuge de la hija de la esposa  de un ex secretario general de la ONU. 

No hay duda entonces de que mañana tendremos un Perú aun más mestizo. Un país donde lo extranjero ya no será novedad o motivo de prestigio como antes, sino un elemento más en esta diversidad que es nuestra esencia y nuestro gran valor.