“El mero cálculo no juega en este momento a favor de Keiko y sus voceros. Y Salaverry lo sabe”. (Foto: El Comercio)
“El mero cálculo no juega en este momento a favor de Keiko y sus voceros. Y Salaverry lo sabe”. (Foto: El Comercio)
Pedro Tenorio

Parece inexorable: el podría perder su mayoría parlamentaria en los próximos meses. La norma que lo evitaba, y que castigaba con el ostracismo político a los legisladores que renunciaban a sus bancadas, fue corregida por una sentencia del Tribunal Constitucional. Y para , el principal responsable de este revés –puesto que abriría las puertas a nuevas deserciones en el grupo naranja– no es otro que el presidente del Congreso, , dado que apuró sorpresivamente el cumplimiento de lo decidido por la más alta instancia constitucional. El fujimorismo contaba con poder darle largas al tema, encontrar el subterfugio legal que le permitiera desoír al TC y así evitar –o aplazar lo más posible– el escenario en que perdería control del Legislativo y de su agenda.

Ahora, y a solo 48 horas de esta decisión, ya se cruzaron todas las consultas al interior del fujimorismo para evaluar la conveniencia o no de propiciar una censura contra Salaverry. Su oposición durante la semana pasada a la polémica ley que sanciona el financiamiento ilegal de partidos políticos, luego de que esta fuera aprobada con entusiastas votos fujimoristas, apristas y ppkausas, fue una nueva señal de que el otrora delfín keikista estaba dispuesto a mostrar su propio juego político. “Daniel Salaverry no es tonto: hoy se mira en el espejo de Martín Vizcarra, quien ha sabido capitalizar políticamente los reclamos de la calle. Esa va a ser su línea de ahora en adelante, aunque el fujimorismo se niegue a apoyarlo”, comenta un conocedor de los tira y afloja en tienda naranja.

Ante ello y la visible incomodidad de voceras como Luz Salgado o Rosa Bartra, entre las más notorias y vocingleras, cabe preguntarse si Salaverry logrará salirse con la suya. Por ahora tiene las de ganar: si fuera censurado en las próximas semanas, ¿quién asumiría la titularidad del Parlamento? ¿No sería acaso Leyla Chihuán, primera vicepresidenta y autora de una de las frases políticas más desafortunadas de este año que se acaba?

¿Caerá Salaverry a costa de un nuevo papelón del ? El mero cálculo no juega en este momento a favor de Keiko y sus voceros. Y Salaverry lo sabe.

Sin embargo, FP querrá atajar con todo la inscripción de nuevas bancadas (los kenjistas de Cambio 21 podrían doblar su número en pocos días), y es obvio que las próximas tres semanas serán claves para entender cómo se proyecta el Congreso de cara al 2019 y cuánto podría apoyar –o boicotear– la voluntad reformadora prometida por Vizcarra. A ello súmese el trabajo que deberá ejecutar el Gabinete para cumplir con todos sus compromisos posreferéndum, que no son pocos y comenzarán a pasarle la factura al mandatario en breve.

Aunque parezca irónico, ¡les deseo una feliz Navidad, queridos lectores!