Tres ironías que te mueres, por Fernando Vivas
Tres ironías que te mueres, por Fernando Vivas
Fernando Vivas

La primera es ironía para caviares. Keiko, dramáticamente, ofreció tres cabezas en la campaña: las de Alejandro Aguinaga, Luisa María Cuculiza y Martha Chávez. Las dos primeras no eran tan impactantes como la de Martha, con su peinado Mafalda y un pañuelo con bobos para disimular los efectos de la decapitación. 

Martha no iba en la lista naranja al Congreso. ¡Viva Keicaviar! Pues, ¿adivinen qué? Según me contó en una entrevista Rosa Bartra, primera vicepresidenta del Congreso, Fuerza Popular ha colocado a Chávez de asesora de su despacho con la muy significativa tarea de evaluar y derivar a comisiones los proyectos de ley que presentan las bancadas y el gobierno. ¡No es congresista, pero será la aduana del Congreso! 

La segunda es dialéctica caviar para liberales ortodoxos. Muchos, incluido el presidente, han elogiado las políticas sociales del humalismo. Incluso, la ex ministra Paola Bustamante estuvo voceada para quedarse en su cartera. Finalmente, la designada fue Cayetana Aljovín y ha dicho, en entrevista en El Comercio, que “debemos aspirar a ser un país que no requiera un Midis”. O sea, esto es temporal, en el largo plazo lo liquidamos porque no habrá pobres que subsidiar. ¿Eso quiso decir? Así sonó.

Pero la utopía de un sistema perfecto que no genera costos marginales no la sostiene ni la izquierda. Si llegamos a esa fase superior del desarrollo a la que aspira la ministra, los focalizados Juntos y Pensión 65 se transformarían en seguros universales al desempleo, y Beca 18 sería subsumido en ingentes gastos en educación pública que superen el 4% del PBI que a duras penas concedemos hoy. O sea, aspirar a no tener un Midis es aspirar a invertir mucho más en política social.

La tercera es la más grande y jocosa. El presidente es el señor de las ironías. Su ruta, contra los pronósticos de sus hinchas y ‘fundraisers’, podría ser inversa a la de Humala: ir al centro desde la derecha y no desde la izquierda. No tiene bancada ni partido como Keiko, pero ahora le gana pueblo (70% de aprobación frente a 38%, según CPI). Es un demócrata liberal de tiempo atrás, pero con sus ejercicios en el patio de Palacio y sus mandamientos a los ministros ha agarrado un airecito de autoritarismo socarrón, que es lo que le gusta a la gente y disgusta a la gentita.

Quiere bajar el IGV y el impuesto a la renta, pero para recaudar más porque quiere aumentar la inversión pública y dentro de ella necesita hacer harto gasto corriente para pagar sueldos de profesores, policías y empleados públicos en un Estado que, bajo el ppkausismo, no tiene pinta de querer achicarse.

PD: las invito y los invito a la marcha Ni Una Menos. Será una marcha por la libertad y por la vida.