(Ilustración: Mónica González).
(Ilustración: Mónica González).
Mario Ghibellini

Oh, quién será, quién será
la que los jueces llaman ‘la señora K’,
la líder de una fuerza que es muy popular
(que es la número uno, la número ‘one’),
aquella cuyo nombre hace falta ocultar
porque las suspicacias conviene evitar,
aquella que una cita requiere pactar,
en un lugar solapa, más bien caleta,
con algún magistrado, será quién será,
el presidente de alguna sala penal,
que con un asuntillo la pueda ayudar,
sin causar estropicio.


Oh, quién será, quién será,
será quizás Beteta, será PPK
(el que sea varón no lo va a exonerar),
será acaso Kuevita, tal vez Kubillas;
aunque una dama con más probabilidad,
¿será una flacuchenta, será una taypá?
no tenemos noción de cómo lucirá,
solo sabemos que necesita archivar,
una investigación que verá un tribunal,
allá en el puerto, allá lejos de la ciudad,
donde los expedientes se traspapelan
y no llegan a juicio.

Oh, quién será, quién será,
que la andan escondiendo bajo una sigla,
que la andan protegiendo los congresistas,
que no la nombran algunos periodistas,
que brota en sus cabezas mas no en sus bocas,
salvo que sea para cantarle loas,
para decirle que todo ya va a pasar,
que ya pronto, prontito, nos va a gobernar,
que ella misma será, quién será, quién será,
que nunca más habrá una segunda vuelta,
que ellos siempre la van a elogiar y a blindar,
para salir de misios.

Oh quién será, quién será,
¿será Kaperucita ‘la señora K’?,
tal vez la Cenicienta en lengua extraña
(quién sabe en alemán cómo se escribirá),
quizás la Sirenita con un antifaz
o la Bella Durmiente bajo nuevo alias,
de alguno de esos cuentos ella provendrá,
porque nadie la ha visto y nadie la verá,
porque es una quimera, será quién será,
una hábil escapera, casi una ninja,
que a veces desespera o se exaspera,
pero no tiene vicios.

Oh, quién será, quién será,
la que empuja al hermano y aísla al papá,
la que le dice ‘errores’ a la atrocidad,
la que recibe auspicios de universidad,
no importa que sea trucha o tenga alas,
todo trigo es limosna en la cuenta final,
y si es que contribuye a la causa magna
y está un poco manchado se puede lavar;
es la señora K, quién será, quién será
la que no tiene roche ni nunca tendrá,
pero a la que sin dudas algún día habrá
que investigar de oficio.