“Los gritos que llegan desde la calle y desde el Congreso amenazan con convertir la experiencia en –que Rimbaud nos perdone por evocar su genialidad literaria en este astroso contexto– una temporada en el infierno”. (Ilustración: Víctor Aguilar Rúa).
“Los gritos que llegan desde la calle y desde el Congreso amenazan con convertir la experiencia en –que Rimbaud nos perdone por evocar su genialidad literaria en este astroso contexto– una temporada en el infierno”. (Ilustración: Víctor Aguilar Rúa).
/ Víctor Aguilar Rúa
Mario Ghibellini

Los anglosajones tienen un dicho que Manuel Merino podría aprovechar como título si algún día decidiese escribir sus memorias. “Ten cuidado con lo que deseas…”, les advierten los británicos y los norteamericanos a los mortales que notan muy alborotados por algún afán. Y si sospechan que quien los escucha no es especialmente perspicaz, se sienten obligados a agregar: “Porque podrías obtenerlo”.