(Foto: Daniel Apuy)
(Foto: Daniel Apuy)
Christian Cruz Valdivia

La sangre baña parte de su rostro y ese rojo se hace más intenso con el esfuerzo que entrega en cada golpe. Así cerró su participación el boxeo peruano en estos , con Leodan Pezo y José María Lúcar entregándolo todo en el ring del polideportivo del Callao, con dos jóvenes que le enseñaron al país que siempre se pueden cumplir los sueños, así no sean con todo el éxito deseado, siempre hay espacio para considerarse mejores, de dar un paso más en la vida.

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Los boxeadores peruanos disputaron ayer las semifinales de sus categorías, y si bien las derrotas no permitieron que alcancen la final, llegar a esa instancia les permitió colgarse la presea de bronce, con lo que le devolvieron a su deporte su presencia en el podio desde Winnipeng 1967, cuando Luis Toshiyuki Minami logró la de plata.

Leodan Pezo cayó ante el cubano Lázaro Álvarez en la categoría ligero (60 kg), en una lucha que tuvo que ser detenida porque el peruano recibió un golpe directo en el rostro y la herida que tenía en la cabeza, producto de un choque de cabezas, no cerraba del todo y la sangre no le permitía pelear bien al nacional.

El medallero de los Juegos Panamericanos al cierre de esta nota. (Cuadro: El Comercio)
El medallero de los Juegos Panamericanos al cierre de esta nota. (Cuadro: El Comercio)

Luego fue turno de José María Lúcar, quien tuvo al frente al ecuatoriano Julio Castillo en la categoría pesado (91 kg). La superioridad del norteño fue notoria, pero el nacional no se entregó nunca. “Me dijo que había mejorado”, contó luego el peruano, ya que ambos ya se habían enfrentado el año pasado en un torneo en el país vecino.

“Ellos pelearon con pundonor, siempre con el corazón”, reconoce Alberto ‘Chiquito’ Rossel, su entrenador. Pero el ex boxeador olímpico lamentó que algunas decisiones arbitrales privaran al país de más medallas. “Tuvimos dos combates muy discutidos en el caso de Valdivia y Miranda. Creo que podríamos tener cuatro medallas”, nos dice.

Corazón en la mano
A nivel olímpico y panamericano, el boxeo sigue manteniendo sus raíces amateurs, y eso se rescata de cada uno de los competidores, sobre todo de los peruanos.

El último lunes, tras caer en cuartos de final, el nacional Miguel Ángel Germán dio la vuelta al mundo con su mensaje en vivo por Latina Televisión. “Hoy no se pudo, pero mañana sí se podrá. Más adelante te conseguiré una casita, mami”, declaró. Esto porque sabía que el premio para los medallistas era un departamento en la Villa Panamericana. Ayer celebró su cumpleaños 24 y no lo pudo celebrar como hubiese querido, sin embargo, ya le dejó un mensaje a todo el país de buscar nuevas oportunidades.

Lo mismo anoche. Lúcar repitió el mensaje. “Mi frase en la vida es constancia supera talento. Soy perseverante, no terco, porque el terco continúa haciendo lo que está mal. Yo mejoro”, declaró a la prensa, y le dedicó la presea de bronce a su pequeño hijo, “para que aprenda que siempre hay que luchar por la vida”.

Perú avanza
Con 11 preseas ya de manera oficial en el medallero, Perú se acerca a su mejor registro en cuanto a cantidad se refiere. En los primeros Juegos Panamericanos de Buenos Aires 1951 se llegó a un total de 14 preseas. Hoy se está a tres con más de una semana de competencia por delante.

Ayer fueron dos medallas de bronce, pero más que eso en enseñanzas que nos dejan los deportistas nacionales.

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