El poco uso y mucho abuso de los bosques en el Perú
El poco uso y mucho abuso de los bosques en el Perú

Jorge Falen

El Perú es el segundo país con mayor cobertura de bosques amazónicos en el ámbito regional y décimo en el global. Más de la mitad del territorio (53%) está conformado por . Sin embargo, solo produce el 1% de bienes forestales en el ámbito global.

Es el único país en la región que no ha desarrollado plantaciones comerciales eficientes, que tengan impactos significativos en materia de ingresos y empleo. Mientras que en países como Brasil –el de mayor cobertura de bosques de la región– o Chile –con una cobertura de 22%– la extensión de plantaciones comerciales sobrepasa los 6 millones y 2 millones de hectáreas, respectivamente; en el Perú solo llega a 40.000 ha.

No solo no aprovecha sus recursos forestales, sino que es una de las naciones donde la deforestación avanza más rápido. Solo el año pasado se perdieron más de 158.000 hectáreas, de acuerdo con estimaciones de Global Forest Watch –centro internacional de monitoreo satelital–, espacio que equivale a cerca de la mitad del territorio de Lima Metropolitana. Al añadir esta cifra al historial de observaciones oficiales del Ministerio del Ambiente, la cantidad de bosques deforestados durante los últimos 15 años suma aproximadamente 1,8 millones de hectáreas, lo cual equivale a todo el departamento de Apurímac.

Los departamentos más afectados por la deforestación son: San Martín, Loreto, Ucayali, Madre de Dios y Huánuco.

Si bien actividades como la tala ilegal, la minería ilegal y el cultivo de hoja de coca son asociadas de manera más frecuente con este problema, estas representan un porcentaje menor comparado con la agricultura migratoria que causa el 80% de la deforestación anual de los bosques amazónicos.

El 46% son bosques públicos, que al no tener título de propiedad, nadie se hace responsable por ellos. No existen incentivos para cuidarlos, solo para depredarlos. Los bosques son de uso forestal y no agrícola, por lo que el agricultor produce hasta que el suelo se agota para migrar a una nueva zona.

Lee más en nuestra Edición Impresa

Contenido sugerido

Contenido GEC