En un año normal, la convocatoria a comicios subnacionales hubiera sido el principal hecho político no solo de la semana, sino incluso del mes o del trimestre. (Foto: Presidencia del Perú)
En un año normal, la convocatoria a comicios subnacionales hubiera sido el principal hecho político no solo de la semana, sino incluso del mes o del trimestre. (Foto: Presidencia del Perú)
José Carlos Requena

El lanzamiento del llamado Gabinete de la reconciliación ha reeditado, a escala nacional, el aislamiento voluntario de la clase política asentada en Lima. Aquella que ignora procesos complejos de larga maduración, solo atendidos cuando se convierten en el titular principal o en una tendencia de las redes sociales.

Eso pasó, por ejemplo, con la huelga de los productores de papa, cuya protesta se inició el martes 9, el mismo día que el ministro José Arista juraba ante el presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK). La intranquilidad de los agricultores es conocida al menos desde la segunda semana de diciembre, cuando se anunciaron medidas de protesta en Junín y Huánuco.

Algo similar ocurre con la reconstrucción en el norte. Según diversos testimonios, no se le está brindando la atención que se anunció tras el desastre causado por las lluvias de El Niño costero del año pasado.

Ayer, el diario “Perú21” publicó un largo reportaje, en el que detallaba las críticas que hacían los colegios de ingenieros locales a la inacción de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC). Además, el gobierno parece estar huyendo del escrutinio de la prensa.

El jueves 11, el presidente Kuczynski visitó Piura, acompañado por los ministros Carlos Bruce (Vivienda) y Bruno Giuffra (Transportes). Su presencia se limitó a una supervisión de obras. El corresponsal de El Comercio en Piura, Ralph Zapata, indicó que, “a lo largo de todo el recorrido, PPK ni sus ministros hablaron con la prensa. Un cordón de seguridad evitó el contacto del mandatario con los medios de comunicación”, se señaló en la web de El Comercio el pasado 11 de enero. No extraña, por ello, la alta desaprobación que registra el presidente Kuczynski en las regiones, según el último sondeo de Datum. Mientras en Lima el 70% de encuestados desaprueba la gestión presidencial, la cifra llega a 75% en el centro, 81% en el sur, y 84% en el norte. La excepción es el oriente (64%), aunque en este conglomerado regional se ha experimentado un importante incremento (+15) en el último mes (diciembre: 49%).

No extraña, por ello, el poco interés que ha despertado la convocatoria a elecciones subnacionales, oficializada esta semana mediante el Decreto Supremo 004-2018 PCM. Los comicios tendrán lugar el 7 de octubre y significarán la elección de cerca de 13 mil autoridades en todo el país.

En un año normal, la convocatoria a comicios subnacionales hubiera sido el principal hecho político no solo de la semana, sino incluso del mes o del trimestre. Las elecciones de 2018 en sí, que tendrán lugar en nueve meses, deberían ser el principal eje del debate político del año. Pero este inusual Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional quizás sea la excepción.

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