Trabajo en equipo permitirá rescatar al español Cecilio López

La llegada de un especialista médico a bordo de un helicóptero de la Fuerza Aérea del Perú hasta la localidad de Lugar Tranquilo, en Leimebamba, Amazonas, fue uno de los momentos más esperados para el inicio de la operación de rescate del espeleólogo español Cecilio López Tercero.

El ciudadano ibérico permanece desde la tarde del jueves último atrapado en una cueva ubicada en el camino que conduce a la Laguna de los Cóndores. El accidente ocurrió  mientras ingresaba a la caverna conocida como Intimachay a pocas horas del distrito de Leimebamba. 

La zona no era desconocida para López Tercero pues desde el 2003 la explora con un grupo de especialistas en alta montaña denominado Espeleokándil. 

Sus compañeros de expedición se turnan para acompañar al explorador, quien se encuentra inmovilizado a 400 metros de profundidad desde la boca de la caverna.

EL EQUIPO ESPECIAL

El arribo del médico enviado por la Embajada de España y un grupo de paramédicos de la Fuerza Aérea se produjo con retraso, cerca de las cuatro de la tarde de ayer,  debido a que una fuerte lluvia impedía la salida de la aeronave que los transportaba. También han acudido  al lugar equipos de alta montaña de la policía procedentes  de Huaraz y se han trasladado las provisiones necesarias para la delicada labor de rescate, que podría demorar unos dos días a partir de hoy.

Al pisar la montaña, el médico –con el apoyo de un grupo de espeleólogos que permanece en la zona– se dirigió inmediatamente hasta la cueva donde Cecilio López Tercero permanece estable gracias a los auxilios de sus compañeros, que han logrado mantenerlo con una temperatura adecuada y con algunos medicamentos que le permiten calmar el dolor.

Jorge del Campo Adeva, coordinador del grupo de deportistas extranjeros, explicó que López cayó desde una altura de cinco metros sobre una roca puntiaguda. El ciudadano español se encuentra a una distancia de mil metros desde la boca de la cueva y a unos 400 metros de profundidad.

En el lugar existe una temperatura de aproximadamente 10 grados centígrados. Según narró Del Campo,  López no tiene frío porque está protegido con mantas térmicas de espeleología, se le administra comida y se le brinda calor con velas.