"Un país llamado Samanco", por José Carlos Requena
"Un país llamado Samanco", por José Carlos Requena
José Carlos Requena

ha adquirido notoriedad esta semana. El distrito de algo más de 4.500 habitantes está ubicado en la provincia de Santa, en Áncash, a solo veinte minutos de Chimbote. El 20 de octubre pasado, junto a su abogado, Henry Aldea. Las investigaciones fiscales en curso indican que casi la totalidad del concejo habría participado en el asesinato.

La formación actual del Concejo de Samanco resume lo que es la política peruana del siglo XXI: gestiones abortadas, filiaciones ficticias, militancias breves, emprendimientos aventureros.

En octubre del 2014, Samanco eligió alcalde a Jaime Casana. Nacido en Samanco en 1948, es un recorrido político local, elegido alcalde en cuatro ocasiones, aunque no pudo iniciar la cuarta gestión. Empezó su dilatada carrera política en los 90, cuando la antipolítica era la que reinaba en el país. En 1995 fue elegido alcalde de Samanco por una lista independiente. En 1998 fue reelegido, esta vez de la mano de un movimiento con un nombre tan versátil como vacío: Somos Perú, partido en el que milita desde entonces. Tras un receso, volvió a ser elegido alcalde en las elecciones complementarias del 2003, luego de que el proceso del año previo –en el que también compitió– fuera anulado. Tentó suerte nuevamente en el 2006 y en el 2010 sin éxito. Tras la revocatoria de setiembre del 2012 volvió a ser candidato en julio del 2013, pero llegó segundo.

En octubre del 2014, más de diez años después de su primera victoria, Casana finalmente volvió a ganar. Pero ganar esta vez fue perder: no pudo jurar debido a un fallo judicial condenatorio en su contra, de enero del 2009. En su lugar, y en su condición de primer regidor, Francisco Ariza se convirtió en alcalde.

Hoy Casana está prófugo. Se cree que tuvo alguna participación en la muerte de Ariza.

Ariza, quien había intentado ser alcalde antes, en el 2002, fue acompañado en su breve gestión por cinco regidores. De ellos, cuatro contaban con militancia partidaria en Somos Perú, aunque ninguna databa de antes de marzo del 2012, por lo que más parecen adhesiones coyunturales e interesadas que convicciones ideológicas o al menos afectivas.

Además, la edad promedio del concejo que encabezó Ariza (incluyendo a su sucesora, Fanny Mallqui), era relativamente corta: 32 años. La regidora más joven Noemí Rubina tiene solo 24 años. Es entendible que, junto con su falta de experiencia política y su corta edad, los regidores exhiben poca o nula experiencia en la gestión pública o siquiera recorrido político. Son, para decirlo con claridad, emprendedores en búsqueda de un medio de vida. En un distrito pequeño, que sin embargo manejó en el 2015 más de 4,9 millones de soles, la política no parecía una mala idea.

Samanco hoy resume la terrible constatación del Perú contemporáneo: la improvisación pecuniaria toma un disfraz electoral que puede conducir a asesinatos. Como en muchos distritos capitalinos, como en el puerto peruano más importante, como en numerosos pueblos no necesariamente aislados por la desafiante geografía peruana. Samanco no es pues una excepción, sino una aterradora posibilidad.

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