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Andrea Luna: "Fue difícil que me dejaran de ver como modelo" - 5
Redacción EC

La tarde en que Andrea Luna llegó a la sesión de fotos para esta edición llevaba un polo estampado con la frase: “Situación laboral: trabajando en mis sueños”. Un par de horas después entiendo que ese es el momento que vive la actriz, esa época en la que hay que construir las bases de lo que uno quiere para sí mismo. Revela que sus primeros trabajos fueron como modelo a los 14 años y que, para su mamá, era importante enseñarle el valor del ahorro y la perseverancia. 

Andrea Luna pasó su adolescencia en Miami y, luego de terminar la secundaria, regresó al Perú. Al llegar, le contó a su familia que quería estudiar Artes Escénicas, pero sus padres pensaban que tendría un futuro incierto y le aconsejaron elegir una carrera universitaria. Lo paradójico es que terminó pagándose los estudios de Comunicaciones actuando. Ahora le faltan solo 16 créditos para graduarse: “Retomaré las clases. Lo que empiezo, lo termino, no dejo nada a medias”.

¿Ganarte un lugar como actriz te ha costado mucho? 
Años atrás me daba vergüenza decir que era actriz, porque no sentía que estaba preparada y no creía tener la experiencia suficiente. Ahora, sin embargo, después de hacer teatro y cine, sí puedo decirlo. Fue difícil que me dejaran de ver como una modelo que quería ser actriz, y la verdad es que siempre quise dedicarme a la actuación. 

En esa aspiración, ¿qué decisiones rescatas?
A no elegir lo fácil por dinero. He pasado varias temporadas sin trabajo. Fue chocante, porque solía trabajar todas las semanas en el modelaje. Pude entrar a un reality, pero dije no, los que se preparan reciben cosas buenas y eso pasó. Ya no me faltan papeles como actriz y la gente habla de mi actuación. Creo que eso significa que estoy haciendo bien las cosas. 

¿Qué has hecho para crecer en tu carrera?
Seguir mis instintos y llevar talleres. Estudié con Bruno Odar. Con él aprendí mucho y crecí. También viajé a Nueva York, una de mis ciudades favoritas, a estudiar historia del teatro musical. Estuve dos meses allá. Actualmente, estoy en el taller de Alberto Ísola. Lo adoro. Él me está puliendo y sigo creciendo, porque esta carrera no tiene límites. 

¿La música siempre fue uno de tus intereses? 
Siempre lo ha sido, pero siento que ahora tengo que concentrarme en la actuación y creo que tengo que trabajar más en el baile y el canto. La música me acompaña desde niña porque mi papá toca la guitarra. Hasta el momento he hecho cuatro micromusicales y he grabado una balada que aún no estreno. Quiero que mi primera canción me identifique y quizá al tema aún le faltan cosas mías. 

¿Cómo recibes las críticas sobre tu trabajo?
Yo trabajo con mis emociones, abro mi corazón. Entonces, cuando me hacen una crítica, me afecta porque soy muy exigente conmigo misma. Cuando me lo dice la gente que me conoce, sigo para adelante, me esfuerzo más, y trato de relajarme. Mis papás y Pietro (Sibille, su novio) me aconsejan mucho. Pietro me guía, he aprendido mucho de él, por más que al principio me dolía, me sirvió, mejoré como actriz.  

Lee la entrevista completa en la edición impresa de Viú!.

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