Descansando en la cama 44 del hospital Guillermo Díaz de la Vega, de Abancay, se encuentra Dámaso Navedo Narváez, padre de nueve hijos, agricultor. Casi no habla, balbucea. Recuerda, según le comentó a su hijo Santiago, que estaba cabalgando por el campo bajo la intensa tormenta y que, de pronto, sintió un golpe: un rayo había caído sobre él. Después de eso, nada.
“Lo que me ha pasado es un milagro… agradezco a Dios por seguir aquí”, llega a decir don Dámaso y se emociona. Llora. A lado, su hijo, le acaricia la cabeza y besa la frente, repitiendo la frase, oración, que dijo su padre.
Según Santiago, la tarde del último martes, al mediodía, Dámaso había dicho que saldría a ver su parcela, ubicada en la comunidad campesina de Chuñohuacho, a 10 kilómetros de la provincia de Antabamba, en Apurímac. Los miembros de la familia que estaban en casa le pidieron que no saliera, que era temporada de tormentas. Pese a ello, como casi todos los días de su vida, se fue a trabajar.
Salió acompañado por Tordillo, su fiel caballo desde hace 12 años. No llovía. Recuerda Dámaso que de un momento a otro se largó la lluvia y que se “comenzó a partir el cielo” a punta de truenos. Así vio que un rayo cayó cerca y que el siguiente lo tumbó. El resto, él ya no la puede contar.
Su hijo Santiago comenta que fueron unos pobladores los que vieron a su padre tirado y a Tordillo, muerto. El pobre animal no resistió la descarga. Al estar Dámaso sobre su lomo se salvó. Al menos eso dicen los médicos que lo atendieron en el puesto de salud de Antabamba.
Debido a las quemaduras que tenía en el cuello y mano izquierda, de primer y segundo grado, respectivamente, fue trasladado al hospital Guillermo Díaz de la Vega, ubicado a cuatro horas de su localidad. Quien lo recibió en el área de cirugía, el médico Telémaco Mora, también sostiene que se trata de un milagro.
“Todo indica que el caballo recibió la mayor descarga, ya que se encontraba en contacto con el terreno mojado. La gente que siempre llega por impacto de rayo, en su mayoría, llega muerta”, dijo el galeno.
Dámaso Navedo permanecerá internado en el nosocomio al menos por dos días más. Actualmente presenta problemas en el oído izquierdo, un daño que, según los médicos, se mantendrá. Lo mismo que las marcas en el pecho y en el cuello que dejó la descarga.
El agricultor escucha las historias que narran los médicos sobre personas que murieron porque les cayó un rayo: un vecino hace algunos años, una niña en Andahuaylas hace dos días. Suspira, se queja. Santiago le ha pedido que ya no vaya a la chacra, pero no puede convencerlo. Ninguno de sus hijos quiere criar vacas y sembrar. “Seguro volverá a la parcela. Ojalá que no le vuelva a pasar algo así”, dice.