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Carlos Peña

T’ikapallana -o el recojo de flores- es una fiesta de carnaval que se realiza todos los años en la provincia de Cotabambas, región , a más de 4.300 metros de altura. Esta fiesta, conocida también como el reencuentro de todas las familias, fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación según la resolución Nº 015-2014 – VMPCIC.

El pasado lunes 24 de febrero, en el distrito de Tambobamba, en Cotabambas, se sintió un ambiente a fiesta. La llovizna no fue impedimento para que todos los integrantes de las familias alisten sus trajes multicolores y suban a la puna en donde se realiza esta festividad.

En la ruta se pudo observar a miles de personas montando caballos de todos los colores, varios de ellos de las comunidades de los distritos de Mara, Challhuahuacho, Qoyllurqui. Estos jinetes fueron tantos que incluso invadieron las pistas provocando un gran congestionamiento vehicular.

Es el km 13 de la ruta Tambobamba – Chinchaypuqio todos hicieron un alto para dejar sus vehículos y desde allí caminar unos 20 minutos para llegar hasta el sector denominado Mamaporotopampa.

Conforme iban llegando al lugar se podían escuchar Qhaswas (cantos) de cientos de mujeres y Wiphalas (danzas) que fueron calentando el ambiente para el arribo de miles de jinetes en caballos.

Este carnaval es usado también para el tradicional trueque o intercambio de productos. Pilar Jaquima Puma, de la comunidad de Occaccahua, trajo chuño y realizó un trueque con durazno y pan de maíz artesanal a Elena Condori, quien llegó desde la comunidad de Huayancca. Al terminar este intercambio ambos se incorporaron a la festividad.

Rinaldi Manzilla Sotomayor, comunero de Mamara, contó a El Comercio que viene a esta lugar desde que tenía 8 años. En esa primea oportunidad él se escapó de su casa junto a un amigo. Ellos cogieron un caballo y llegaron hasta este lugar. Desde ese día nunca dejo de venir.

“Nadie sabe quién creó este carnaval. El Pasña Suway era típico en esas fechas, era cuando una chica te gustaba, podías planear con tus amigos en caballo raptarla, y si ella se alejaba de su familia, la rodeabas, tus amigos bajaban y la subían a tu caballo. En ese momento tenías que emprender la fuga, bien la tenías una semana o bien se quedaba como esposa”, narraba Manzilla.

Conformen pasan las horas, más grupos familiares llegan cantando y bailando a la zona con la intensión de encontrarse con sus conocidos, el alcalde provincial Rildo Guillen Collado nos contaba “la población sabe que el 24 de febrero de todos los años llegan para verse las caras, para comer y tomar juntos, este es un día esperado, es el reencuentro de las familias”.

El T’ikapallana forma parte de las actividades que programa la Municipalidad Provincial de Cotabambas, quedando pendiente el concurso de danzas interregionales para el 29 de febrero y el Sacha Wuituy o yunzada para el 1 de marzo, terminando así una de las fiestas más grandes de la región Apurímac.

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