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Reforestación del volcán Pichu Pichu en Arequipa
Zenaida Condori

Esta mañana se sembraron 1.500 queñuales en las faldas del Pichu Pichu, uno de los tres volcanes que sitia la ciudad de Arequipa. La reforestación se realizó en la zona de Caccayaco, en el distrito de Chiguata, lugar donde hace más de 70 años había un inmenso bosque de queñuales, pero que la población la depredó para obtener leña y carbón.

Más de 50 soldados del Ejercito, 20 voluntarios del Rotary Club y 25 pobladores dirigidos por los profesionales (Serfor) iniciaron la plantación de estos árboles en cinco hectáreas de extensión. "Es la primera vez que hacemos un trabajo de reforestación en el volcán", dice jefe regional del Serfor, Felipe Gonzales. 


El funcionario describe a los queñuales como plantas majestuosas en relación a otras especies. Llegan a producir oxigeno durante 80 años, mientras que otras especies solo lo hacen entre 20 y 30 años.

También, dice, "siembran" agua. “Los queñuales captan la lluvia por sus hojas y a través de sus raíces introducen el agua hasta el subsuelo que luego brotan en otros puntos. Gracias a los queñuales hay agua en los manantiales de las partes bajas”, explica.

Los ojos de agua de Characato, Yumina y La Bedoya, entre otros, son constantemente suministrados por estas filtraciones.

La queñua requiere ser regada una vez por mes (Foto: Zenaida Condori).
La queñua requiere ser regada una vez por mes (Foto: Zenaida Condori).

Los queñuales son de crecimiento lento. Necesita 15 años para alcanzar una altura de dos metros . Solo para crecer 30 centímetros demoran año y medio. Recién con esa altura están listos para ser plantados.

Un pino tarda solo 1 año en alcanzar esa altura. La tara, siete meses. El eucalipto, apenas tres meses.

El jefe del Serfor ha pedido a los comuneros que vigilen y protejan los plantones para que la reforestación tenga éxito.  El alcalde de Chiguata, Peter Benavente, se ha comprometido a preservar las plantaciones. 

—Retribución—
Celestina Sahuanay, de 72 años, es unas de las pobladoras de la comunidad de Caccayaco que ha acudido a reforestar el volcán. Ella junto a 25 comuneros han querido reparar a la naturaleza por la depredación que hicieron sus antepasados.

Otro motivo que obliga a los comuneros a sembrar más árboles es la necesidad de garantizar agua para la población. En la comunidad de Caccayaco donde habitan 45 familias, no hay agua potable. Se abastecen de dos puquios, es decir, que extraen agua del subsuelo. Estas aguas son las filtraciones que generan los queñuales.​

Veinticinco comuneros de Caccayaco fueron a plantar los queñuales para reparar la depredación que hicieron sus antepasados (Foto: Zenaida Condori).
Veinticinco comuneros de Caccayaco fueron a plantar los queñuales para reparar la depredación que hicieron sus antepasados (Foto: Zenaida Condori).

—Más datos—
-Serfor indica que actualmente hay 57. 000 hectáreas de queñuales. Pero antes existía el doble. La meta este año es reforestar 100 hectáreas 
-Esta es la sexta campaña de plantación que realiza el Serfor en Arequipa este año. Hasta la fecha se han plantado 8,300 plantones entre molles, vilcos, cahuato, yaro, tara, eucalipto y queñua. 

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