El 12 de julio de 1983, el hijo de Angélica Mendoza, de 19 años, fue sacado de su habitación por un grupo de militares y llevado, sin motivo alguno, al cuartel Los Cabitos. Nunca lo volvió a ver.
El 12 de julio de 1983, el hijo de Angélica Mendoza, de 19 años, fue sacado de su habitación por un grupo de militares y llevado, sin motivo alguno, al cuartel Los Cabitos. Nunca lo volvió a ver.
Redacción EC

Salvador del Solar, ministro de Cultura; y Marisol Pérez Tello, ministra de Justicia y Derechos Humanos, asistieron al velorio de Angélica Mendoza de Ascarza, fundadora de la Asociación Nacional de Familiares de secuestrados, detenidos y desaparecidos y del Perú, (Anfasep).

"Para mí es una pérdida personal muy grande", comentó Pérez Tello durante la ceremonia fúnebre a una radio local. La ministra resaltó, además, que queda pendiente la implementación de una dirección de búsqueda de personas desaparecidas. "Ese es el gran reto pendiente", resaltó.

Por su parte, el ministro Del Solar resaltó el ejemplo que dejó la fundadora de Anfasep. "El legado que nos deja es de una lucha valiente, persistente". Asimismo, indicó que buscarán una forma de que su legado no quede en el olvido. "Hay que buscar la forma de que consigamos lo que consideramos válido y necesario, es que "Mamá Angélica" esté en los libros, sea recordada", finalizó el titular de Cultura.

Los restos de Angélica Mendoza serán enterrados esta tarde en el cementerio general de Ayacucho.

- ¿Quién era "Mamá Angélica"?-
Angélica Mendoza de Ascarza, conocida como "Mamá Angélica", fue una mujer que durante más de tres décadas luchó, sin descanso, por encontrar a su hijo, detenido en 1983 por agentes del Ejército en Ayacucho.

"Mamá Angélica" se convirtió en símbolo de los familiares de los desaparecidos en el Perú. Fundó Anfasep, en la cual tuvo una intensa participación tanto en el país como fuera de él.

Según su testimonio, el 12 de julio de 1983, su hijo Arquímedes Ascarza, de 19 años, fue sacado de su habitación por un grupo de militares y llevado, sin motivo alguno, al cuartel Los Cabitos.

Ella no volvió a saber nada de él pese a sus interminables gestiones en la fiscalía e innumerables recorridos por las quebradas en que iban hallándose restos de desaparecidos.

Su deceso se produjo el lunes, exactamente, 14 años después de la presentación del informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), que contiene todos los pormenores en torno a la violencia armada interna en el Perú entre los años 1980 y 2000.

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