Una de las últimas actuaciones de Carlos Loret de Mola (de gris) como viceministro de Gobernanza Territorial fue en febrero, en la firma de acuerdos en la mesa de Saramurillo. (Foto: PCM)
Una de las últimas actuaciones de Carlos Loret de Mola (de gris) como viceministro de Gobernanza Territorial fue en febrero, en la firma de acuerdos en la mesa de Saramurillo. (Foto: PCM)

A fines de febrero del 2017, fue creado el Viceministerio de Gobernanza Territorial (VGT). El entonces gobierno de Pedro Pablo Kuczynski lo estableció con el objetivo de implementar y liderar las políticas sobre conflictividad social, demarcación y organización territorial y descentralización.

Ha pasado poco más de un año, y la situación no es la ideal. Actualmente no hay viceministro (el cargo ha sido asignado temporalmente al Secretario General de la PCM), tampoco un rumbo definido.

Carlos Loret de Mola, el último en ocupar el cargo, renunció el 2 de abril y aún no tiene reemplazo. No se ha hecho público el motivo de su salida, pero esta coincidió con la de un grupo de funcionarios adscritos a la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), una semana después de la renuncia de Kuczynski. Loret de Mola duró solo 5 meses al mando de la institución.

–Primera etapa–
Estos primeros 14 meses del VGT han tenido varios momentos complicados. El enfoque para el abordaje de conflictos es una de las mayores interrogantes que generó su creación.

El primero en asumir el cargo fue el abogado Javier Fernández-Concha; en una entrevista a El Comercio, en abril del 2017, él explicó que la futura estrategia pasaría por disminuir la conflictividad con la mejora en la gestión pública. Es decir, se buscaba extinguir la posibilidad de conflicto atendiendo antes la demanda social.

Tras la entrevista, fue cuestionado por afirmar que en el país existían solo 5 conflictos sociales (la Defensoría del Pueblo señalaba que había 186 en ese momento). Él explicó que el nuevo protocolo del viceministerio calificaría como conflictos solo a aquellas protestas que llegaran a una etapa de crisis.

Meses después, en junio, la huelga de maestros escaló y se convirtió en el conflicto social más fuerte del año, que derivó incluso en el pedido de censura a la ex ministra de Educación Marilú Martens y la posterior caída del Gabinete de Fernando Zavala. La protesta fue asumida en principio por el sector Educación pero, tras agravarse y extenderse a varias regiones, el Gobierno decidió que intervenga el VGT.

Según informó este Diario en aquellos días, el enfoque planteado desde el viceministerio no consideró como un conflicto la huelga de maestros, pero la dimensión social y política que cobró terminó imponiéndose. Fernández-Concha presentó su renuncia una vez terminada la protesta; duró ocho meses en el cargo.

“Fernández-Concha tuvo manejo en los conflictos, pero no tenía total respaldo político de los sectores”, dijo tras la renuncia una fuente de la PCM. En noviembre asumió el cargo Carlos Loret de Mola, quien llegó con un perfil más confrontacional, según las fuentes consultadas para este informe.

Incluso se recuerda un caso en que se enfrentó a la congresista Nelly Cuadros (Fuerza Popular) cuando, el 2 de marzo, ella acudió a la PCM con un grupo de dirigentes cusqueños para buscar una solución a los daños causados por el derrame de gas líquido en el distrito de Megantoni.

Finalmente, Loret de Mola renunció y no se tiene siquiera indicios de quién lo reemplazará. “Voy a buscar un tiempo para responderles”, dijo cuando este Diario lo llamó para conocer el motivo de su renuncia y conversar sobre el trabajo que realizó durante su gestión.

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