Hernán Medrano Marin

La labor de picanteros, operadores turísticos y bordadores se ha visto bastante perjudicada por las protestas y bloqueo de carreteras. Ellos esperan que la violencia en el país termine pronto y que se retome la paz.


1. David Amachi Ramos

Bordador de la festividad de la Candelaria

“Los bordadores estamos siendo afectados mucho más que otros rubros en Puno”

Desde que era pequeño, David Amachi supo que quería ser bordador. Esta labor la heredó de su padre, quien le enseñó a los 15 años las técnicas necesarias para convertirse en uno de los mejores bordadores de su natal .

David ha plasmado su destreza en miles de trajes usados por danzarines que participan en la festividad de la Virgen de la Candelaria cada mes de febrero. “El bordar es un arte, se trabaja con hebras de hilo, no se trata de cortar y pegar telas. Es un trabajo muy sacrificado”, comenta.

Pese a las grandes satisfacciones que le ha dado su labor, David, de 60 años, afirma que este será su último año bordando. La pandemia y las protestas que se desarrollan en Puno –una de las regiones más afectadas– han perjudicado su trabajo y, sobre todo, su vida.

No tengo otra alternativa. Este año estoy haciendo bordados solo para 100 trajes. Antes hacía hasta cuatro veces más. Los bordadores hemos sido unos de los más golpeados en estos últimos años. No sabemos si habrá festividad”, señala.

Por ese motivo, uno de los principales deseos de Amachi es que prime el diálogo y que la violencia en las calles termine. Asimismo, espera que el trabajo de bordador sea valorado como se debe por las autoridades del sector Cultura.

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2. Mónica Huerta

Dueña de la picantería La Nueva Palomino

“Deseamos que vuelva la paz, la unidad en Arequipa, y así poder salir adelante juntos”

Para Mónica Huerta y Rudy Bedoya, pareja de esposos dueños de La Nueva Palomino, una de las más reconocidas de , la pandemia fue uno de los retos más difíciles de sus vidas.

Fue muy duro salir adelante en medio del dolor y el perjuicio económico que dejó la crisis sanitaria. Nos afectó bastante. Y cuando estábamos saliendo a flote, surge esta convulsión social en el país que realmente nos apena mucho”, señala Mónica.

Las picanterías son parte de la tradición y la cultura arequipeñas. Pero la situación que atraviesa el país ha ocasionado que turistas de otras regiones y extranjeros no puedan disfrutar de estas bondades.

Está viniendo mucho menos gente por todos los problemas que hay en las carreteras y la falta de vuelos. Más o menos habrá disminuido entre un 50% y 60% la afluencia de turistas”, considera Rudy.

El bloqueo de carreteras también origina que los insumos usados en las picanterías, traído de otras regiones del país, no lleguen a su destino o demoren en hacerlo.

Queremos que haya paz para poder trabajar y salir adelante. Como empresarios, estamos tratando de no ahogarnos con préstamos y deudas”, agrega Rudy.

Mónica lamenta las muertes durante las protestas y dice que anhela que la calma llegue pronto.

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3. Juan Asín Roque

Representante de la Asoorcic

“Muchos turistas que llegaron a Cusco se han quedado con las ganas de visitar Machu Picchu”

Por 26 años, Juan Asín se ha dedicado al sector turismo, trabajando como guía tanto para nacionales como extranjeros en una de las rutas más famosas del mundo: el .

El Camino Inca es un dinamizador de la economía cusqueña, pues la llegada de turistas tiene un efecto multiplicador. Se beneficia directa e indirectamente toda la población cusqueña”, comenta.

Como representante de la Asociación de Agencias Operadoras de la Red de Camino Inca (Asoorcic), Juan ve con preocupación lo que viene ocurriendo en su región.

Señala que varias compañías han cancelado sus servicios debido a la convulsión social y para resguardar la seguridad de los turistas. “Justo cuando estábamos empezando a recuperarnos de la pandemia viene este conflicto social. Estamos ahora sumamente preocupados”, dice.

Juan indica que en los últimos meses el turismo en Cusco se estaba recuperando, pero desde las últimas semanas de diciembre todo se ha vuelto a complicar.

Se está llegando a un punto en donde ya es difícil sostener la actividad turística. Tratamos de salir adelante, pero los préstamos con los bancos nos están ahorcando”, dice.

Asín espera que pronto se solucionen los conflictos que afectan a todo el país.

Ola de violencia en el sur ahuyenta a los viajeros

Debido a las protestas y los actos de violencia que se registran principalmente en las regiones del sur del país, han ido en aumento las cancelaciones de viajes hacia estos destinos. Así lo indicó el director ejecutivo de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), Tito Alegría, a El Comercio.

El turismo peruano se encuentra agonizando. Hoy podemos decir que en los meses de enero, febrero y marzo no habrá turistas. La situación es dramática”, dijo.

Alegría precisó que el turismo interno –que tiene como gran mercado emisor a Lima– ha sido muy perjudicado, porque las personas temen no encontrar hospedajes o tener problemas al regresar.

Ningún turista viaja a un destino donde hay inseguridad, violencia. Lo que buscan es tranquilidad”, indicó.

Dijo que ha solicitado al ministro de Comercio Exterior y Turismo, Luis Fernando Helguero, que se declare en emergencia el turismo peruano. Por ejemplo, sugirió prorrogar la fecha de pagos del programa Reactiva.

Las empresas están adeudadas con la banca privada y el Estado a través del Reactiva. Urgen medidas porque si no, las empresas de turismo van a morir”, aseveró Alegría.

Alegría dijo también que se ha propuesto que las rentas del año pasado de las empresas del sector turístico sean pagadas en marzo del próximo año.

Si bien el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo ha manifestado su disposición, también depende de nosotros que esta situación se revierta y volvamos a la tranquilidad que necesita el país”, consideró.