“Elecciones semidemocráticas”, por José Carlos Requena
“Elecciones semidemocráticas”, por José Carlos Requena

El proceso electoral ha sido pródigo en discusiones legalistas. En cambio, han estado ausentes las ideas y propuestas con una mínima visión de país. Aunque cerca de dos tercios del electorado viven en las regiones, son los que han estado más ausentes, a pesar de las frenéticas visitas de los candidatos presidenciales, sobre todo en el último tramo de la campaña. Varios de los temas que impactan en las regiones hicieron ruido durante la campaña, pero fueron acallados por las discusiones abogadiles que acapararon el debate.

El colapso de la Carretera Central entre febrero y marzo recordó las serias falencias en infraestructura para lograr una integración plena del vasto territorio peruano. Aunque varios planes de gobierno incluyen el tema, estas propuestas no han sido el centro del mensaje de los candidatos. AFIN estima que la brecha en infraestructura para el transporte se acerca a los US$21.000 millones. 

La conflictividad social reiteró las recurrentes demandas de la población. En marzo, Pucallpa (Ucayali) acató una larga protesta, originalmente en demanda de mejores precios para la electricidad, el gas y el agua. A finales del mismo mes, Tayacaja (Huancavelica) protestó pidiendo la puesta en funcionamiento de la universidad local, pospuesta desde el 2011. Pero ambas zonas son poco pobladas y la obstrucción del tránsito no afecta regiones estratégicas. Además, y a pesar de la brutalidad (en Tayacaja) y la prolongación (el paro en Pucallpa duró 11 días) de estas, las protestas no causaron pérdidas humanas, por lo que no llegaron a ser los principales titulares del día.

Se pensó que estas elecciones darían un espacio a la descentralización, más allá de inconvenientes parches legales como la prohibición de reelección de alcaldes y gobernadores regionales de marzo del 2015. A enero del 2016, las principales candidaturas exhibían algún ex gobernador o líder regional en su plancha. En marzo, en medio del desalentador proceso electoral los gobiernos regionales de Cusco, Arequipa, Puno, Moquegua, Tacna, Apurímac y Madre de Dios suscribieron un acuerdo para formar una mancomunidad, lo que podría constituir el primer paso para la consolidación de una región propiamente dicha. Pero el tema no ha sido parte preponderante de la agenda electoral.

Las elecciones del 2016 tuvieron de fondo la presencia del fenómeno de El Niño. Aunque se pensó que este hecho alentaría ofertas populistas, lo único que albergó fueron ocasiones para brindar dádivas, que al final causaron la exclusión de importantes candidaturas del proceso. De la necesidad de implementar planes serios y sostenibles de prevención de desastres, nada.

Mientras en Lima se realizaban vigilias a la espera de una decisión de la autoridad electoral y fuera del país se calificaba la elección de “semidemocrática”, en las regiones el baile de los que sobran continuaba: los temas que las impactan tenían poco o nulo peso en el proceso electoral, el espacio democrático por excelencia. Se honraba, aunque de otra manera, el uso infeliz del prefijo por parte de un poco diplomático ex canciller.

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