Francisco Costa: "La omisión no le quita calidad al censo"

Aunque hubo 1,8 millones de personas que no fueron censadas el 22 de octubre del año pasado, el jefe encargado del INEI, Francisco Costa, asegura que esta omisión no le resta valor a los resultados presentados este lunes. El Comercio conversó con él sobre las numerosas críticas que recibió el conteo.

— La planificación del censo tomó cuatro años, ¿cómo califica sus resultados?
Los censos de población y vivienda son las operaciones más complejas para cualquier instituto de estadística. En nuestro caso hubo tres etapas: precenso, censo y poscenso. Se determinó que hacían falta 600 mil empadronadores, 110 mil jefes de sección y 11 mil jefes de zona. [Para ellos] se prepararon manuales, instructivos, capacitación, una prueba piloto y un reconocimiento por la zona a empadronar.

— ¿Qué pasó entonces?
Los empadronadores fueron voluntarios. Ellos fueron el sábado [21 de octubre] a recorrer su zona de empadronamiento, pero el domingo no asistieron. Entonces hubo necesidad de recurrir al personal de reserva. Afortunadamente, en la página web se habían inscrito un millón de voluntarios.

— Aníbal Sánchez, ex jefe del INEI, dijo el año pasado que fueron “sorprendidos por el crecimiento vertical” de las ciudades. Ahora usted sostiene que los empadronadores fallaron...
Tenemos un plan directriz. Ahí se menciona que luego del censo viene una etapa de recuperación. En ningún país se censa al 100%. Es verdad que el 22 de octubre no se censó a toda la población [en ciudades], por eso estaba prevista una etapa de recuperación que fue muy útil para trabajar la omisión censal.

— ¿Cuánto tiempo duró la etapa de recuperación?
Se hizo mientras se desarrollaba el censo en el área rural [los 15 días siguientes al 22 de octubre del año pasado].

—Vuelvo al inicio, ¿cómo califica este censo?
Reconocemos que hemos tenido algunos errores de logística, eso es innegable, pero sí hemos tenido mucho cuidado en que los resultados que entregamos sean de la mejor calidad posible. Eso lo hemos logrado contrastando [el censo] con los registros administrativos de nuestras encuestas nacionales [como Enaho o Endes].

— La omisión censal, de 5,9%, fue más alta que la del censo del 2007, de 2,8%.
Nos atrevemos a decir que esa omisión no le quita calidad ni representatividad al censo. Para decirlo en sencillo: de cada 100 peruanos, tenemos información de 94.

— El censo dio una población de 31 millones de peruanos, pero hay 34 millones registrados en el Reniec.
Migraciones señala que hay 3 millones de peruanos en el exterior. Si a los 34 millones [en el Reniec] le restamos esa cantidad, la diferencia con la cifra del censo es mínima. Además, si fuera cierto que hay 34 millones de peruanos en el territorio, se rompería la tendencia de crecimiento que viene cayendo desde 1972. Se tendrían que alterar las tasas de fertilidad,mortalidad y migración. Eso sí es un error.

— ¿Hubo problemas con la empresa que se encargó de escanear las cédulas?
La empresa Polysistemas escaneó 11 millones de cédulas [el contrato inicial estipulaba que se iban a procesar 9,5 millones]. Es verdad que tuvimos algunas dificultades, pero tenemos un respaldo magnético de cada cédula que garantiza la calidad ante cualquier auditoría [Gaspar Morán, director Nacional de Censos y Encuestas del INEI, confirmó luego que se pagaron unos S/9 millones a Polysistemas por sus servicios].

— Los primeros resultados debieron estar el 30 de enero. ¿Por qué la demora?
Fue un error de comunicación. No hay ningún país que entregue los resultados en 100 días. Es una operación muy compleja.

— La empadronadora que fue violada en Villa El Salvador durante el censo ha denunciado que no recibió atención del INEI.
El día que sucedieron estos lamentables hechos, el INEI fue el primero en estar ahí. Entiendo que la señora no quería saber nada del INEI. Luego le hemos enviado dos cartas notariales para informarle que teníamos un seguro y que estábamos a su disposición. Hoy, este caso está judicializado.

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