Giovanni Ciccia: "La ficción canaliza nuestros miedos"
Giovanni Ciccia: "La ficción canaliza nuestros miedos"
Maribel De Paz

Escuchó hasta el hartazgo que la gente lo llamara 'Django' por la calle. Para no darles la contra, Giovanni Ciccia empezó a desarrollar, hace año y medio, el guion de la secuela: “Django, sangre de mi sangre”. Para los fans de la historia del delincuente que asaltó más de 200 bancos en la vida real, y para los muchos que se regodearon con los contoneos de la 'Chica Dinamita', la buena noticia es que el estreno está previsto para noviembre. Ciccia, el multifacético hombre de teatro, cine y cantante de la banda Chabelos nos recibe en una locación del rodaje de la película en Jesús María. 

— Quince años después, ¿cómo ha evolucionado el personaje? 
En este tiempo en prisión se ha alejado totalmente de su familia y de sus dos hijos. Solo el mayor lo visita a veces, hasta que terminan peleándose y los últimos cuatro años de condena está solo, refugiado en la Biblia, y al salir lo hace dispuesto a hacer una vida derecha y recuperar a su familia. La secuela ya no sigue la historia del personaje de la vida real, es un universo expandido. 

— ¿Y cómo dirías que has crecido tú, paralelamente, en este tiempo? 
Esta historia me toca mucho porque habla de un padre que es capaz de hacer todo por sus hijos, y yo entiendo el drama de Django, su deseo de volver a la familia, de hacer las cosas bien. Mi primer hijo nació cinco años después de la filmación del primer "Django", y nadie te puede contar el cambio radical que sucede en tu vida cuando tienes hijos. Dejas de ser el protagonista de tu vida y te conviertes en el personaje secundario. Ahora es la vida de ellos, la historia de ellos, y trato de que tengan la mejor historia posible... Esta película no es apta para todos porque tiene un contenido violento y erótico, pero la verán cuando tengan 14 años. 

— ¿Cuando también puedan ver la escena de la azotea con la 'Chica Dinamita'? 
Espero que les parezca una buena actuación y, en todo caso, que rescaten algún tip. A mí no me da pudor ni oculto mi trabajo, no hay nada que haya hecho en la ficción que me haga sentir culpable. 

— ¿Qué fue lo más complejo de retomar la interpretación del personaje? 
Lo retomo con confianza porque el gran reto fue hace quince años, cuando llamaron a un chico de veintitantos años de San Borja para interpretar a un delincuente del Callao que vivía huyendo de la ley. Fue una apuesta atrevida de Gustavo Sánchez, el productor de la película. 

— Algunos se preguntarán, en el contexto brutal en el que vivimos, cuán pertinente es hacer una película que, hasta cierto punto, glorifica el crimen. 
Muy pertinente. La ficción es un medio de canalización de nuestros miedos, una manera de hacer catarsis, y, sí, voy a insistir en que la película no es una glorificación del crimen porque habla sobre un camino en el que el crimen no paga. 


— ¿Cómo te ha tratado a ti el flagelo de la inseguridad ciudadana?
Yo tengo sensaciones encontradas porque crecí en los años 80. Fui un adolescente que caminaba por la calle buscando alejarme del auto más viejo que pasara porque podía ser un coche-bomba, con un miedo constante y una sensación absoluta de que como peruano no tenías ningún futuro. La sociedad era una mierda. Hoy, aunque hay una ola de violencia, ves serenazgo y un parque verde donde tu hijo puede jugar. Cuando yo era chico los parques no tenían plantas, sino ratas. Yo tenía 10 años cuando un día, mientras hacía mi tarea y veía "El Chavo del 8", cortaron el programa para mostrar la fuga del penal El Sexto, cómo a un hombre lo cortaban y lo quemaban en directo. Creces con eso. 

— ¿De qué te arrepientes?
De nada. 

— ¿Ni de “El quinto teletubie”? 
¡¿Cómo me voy a arrepentir de eso?! ¡Es un himno! Musicalmente tal vez no es tan buena, pero es una canción que habla de volver a tu lado más básico, de liberarte y ser un animal, que es lo que somos: quítate el terno, corre calato, sé un ser humano. 

— “Con el 'pipilín' al aire”. 
Los Chabelos tiene una manera directa y vulgar de decir las cosas, pero es nuestro estilo. ¿Cómo me voy a arrepentir de una de las cosas más pajas que me han pasado? Chabelos es el espacio más personal, maravilloso y sin límites que tengo, en el que no hay reglas y puedes decir lo que sea. Es el espacio más artístico que he conocido en mi vida… ¿Te parece horrible?

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