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Líneas de Palpa
Alicia Rojas Sánchez

El desierto del sur del Perú atesora vestigios que siguen generando admiración. Entre diciembre del 2017 y febrero de este año, un grupo de arqueólogos registró unos cincuenta geoglifos milenarios en la provincia de Palpa, en Ica.

Se trata de figuras similares a las Líneas de Nasca y que están
dentro de la zona declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en 1994. No obstante, hasta hoy eran muy poco conocidas.

Para conseguir este nuevo registro, los arqueólogos usaron drones que grabaron desde veinte a treinta metros de altura. El arqueólogo Johny
Isla Cuadrado, responsable del Sistema de Gestión para el Patrimonio Cultural de Nasca y Palpa, trabajó con drones facilitados por Sustainable Preservation Initiative (SPI), National Geographic y la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).

Asimismo, los especialistas tuvieron el financiamiento de National Geographic Society. Según el arqueólogo, cuya oficina depende de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica, se trata de una de las documentaciones de geoglifos más grandes y completas realizadas en Palpa.

En conversación con El Comercio, Isla señaló que unos 25 geoglifos no habían sido documentados hasta ahora. El resto eran conocidos sobre todo por los lugareños.

A diferencia de los geoglifos trazados en la pampa de Nasca –y que son sobrevolados a diario por cientos de turistas–, las líneas de Palpa fueron hechas en las laderas de cerros y en las colinas que rodean sus valles.

Según los arqueólogos, las líneas de Palpa serían anteriores a las de Nasca. “Debieron haber sido hechas entre el 500 a.C. y el inicio de nuestra era y pertenecen a las culturas Paracas y Topará. Las Líneas de Nasca, en cambio, se hicieron entre el inicio de la era actual y el 650 d.C.”, dijo Isla.

—Tecnología—

De acuerdo con Isla, si bien algunos grupos de estas figuras fueron registrados previamente por el Proyecto Arqueológico Nasca-Palpa, dirigido por Markus Reindel y él, con los drones lo que hicieron fue “un registro más detallado y sistemático de las zonas”. “Eso nos ha permitido documentar mejor estos grupos de geoglifos”, dijo a El Comercio.

Luis Jaime Castillo, arqueólogo, docente de la PUCP y ex viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales del Ministerio de Cultura, mencionó que los drones ofrecen una exploración más
intensiva de la superficie. Esto a diferencia de las imágenes captadas con satélites.

“Tratamos de acercarnos lo más posible con los drones, a veinte o treinta metros, y se ve increíble”, expresó Castillo a este Diario.

—Geoglifos con potencial—

En marzo, el administrador del aeródromo María Reiche informó a este Diario que el año pasado unas 92 mil personas sobrevolaron las Líneas de Nasca desde esta pista. No obstante, la mayoría de estos
recorridos se concentra en la pampa donde fueron trazadas líneas como el mono, la araña y el colibrí. Hasta ahora son pocos los sobrevuelos que se realizan sobre Palpa.

Por ello, el potencial de este grupo de figuras recientemente registradas es que constituye un nuevo punto de atracción para los turistas. Además, tienen la ventaja de que algunas pueden ser vistas desde la tierra, sin necesidad de sobrevuelos.

Para ello, es necesario respetar las normas del Ministerio de Cultura respecto al ingreso a la zona declarada patrimonio. Buena parte de la
pampa es una zona intangible.

En cuanto al aspecto científico, Isla dijo que este hallazgo abre nuevas interrogantes. “Sabemos quiénes las hicieron, pero una de las cosas
que debemos averiguar es qué significado tenían, si fue en el mismo sistema cosmológico de los nascas o tenían otro significado. Eso
es nuevo”, señaló.

“Lo que tenemos que hacer [con los geoglifos de Palpa] es protegerlos, delimitarlos, hacer proyectos de puesta en valor”, añadió el
investigador sobre el trabajo que continuará para estas figuras que esperaron cientos de años para ser reveladas.

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