Jefe de Policía Antidrogas: “Vuelos de narcoavionetas son permanentes”
Jefe de Policía Antidrogas: “Vuelos de narcoavionetas son permanentes”
Ricardo León

En las últimas semanas se intervino una avioneta con 300 kilos de cocaína en Madre de Dios, poco después se decomisó una similar cantidad en Ucayali y esta semana se encontraron 270 kilos en un departamento en San Isidro, en Lima. Según explica el general PNP Héctor Loayza, jefe de la Policía Antidrogas, en lo que va del año se han incautado 29 toneladas de cocaína.

—Además del Vraem, ¿qué otra zona concentra en este momento la atención?
Nuestro esfuerzo especial está centrado en el suroriente. No es una zona nueva, porque ya había producción de droga en la selva de Puno, pero han aumentado las pistas de aterrizaje clandestinas. Hasta el momento hemos detectado cinco pistas que podrían estar operando en Madre de Dios. Estamos empeñados en capturar las avionetas que las utilizan.

—¿La captura de la avioneta en Madre de Dios indica que sigue habiendo vuelos?
Vuelos de narcoavionetas son permanentes. Casi un 35% a 40% de la droga sale por vía aérea hacia Bolivia y luego hasta Brasil, porque Brasil es –después de EE.UU.– el mayor consumidor.

—Si se tiene aprobada la ley para interdicción de narcoavionetas, ¿qué impide que esta se aplique?
Tengo entendido que la Fuerza Aérea (FAP) está en proceso de implementación, se están haciendo ajustes de acuerdo a las normas internacionales. Paralelo a ello, la policía realiza acciones en tierra. La FAP nos da las trazas de las avionetas, están mejorando sus radares. Se ha llevado dos aviones a la selva para tenerlos listos.

—¿Dónde más hay pistas de aterrizaje?
En Pichis Palcazú [selva de Pasco] encontramos 31 pistas, que hemos destruido hace un mes aproximadamente. Algunas las volverán a rehabilitar, y las seguiremos destruyendo. No se le puede hacer el camino fácil al narcotráfico.

—¿De qué depende el lugar que eligen los traficantes para operar estos vuelos?
De varios factores: el clima, el acopio suficiente de droga, los riesgos. De acuerdo a eso, deciden si operan en Pichis Palcazú, o si la llevan a otro lado. Toda la población que vive alrededor funciona como si fueran vigías: cuando nos acercamos a una zona donde va a haber aterrizajes, envían alertas y –como decimos nosotros– voltean la marca de inteligencia. Tratan de evitar a la policía.

—¿Cuántos helicópteros tiene la policía para la lucha contra el narcotráfico?
No hay helicópteros solo para la Dirandro; los que hay son de la policía pero se destinan a actividades como huaicos, friajes, conflictos, rescates, evacuaciones médicas, etc., y también para acciones contra las drogas. Tengo entendido que el Ministerio del Interior está haciendo todas las gestiones para comprar un avión y dos helicópteros. Estos irán a la zona del Vraem, donde se produce casi el 85% de la cocaína.

—Si Bolivia es país de destino de la droga llevada por aire, ¿qué hace la policía de ese país para controlarlo?
Cada gobierno tiene sus propias estrategias y políticas. Apenas tenemos la información de las avionetas, aunque no podamos capturarlas, igual las registramos. Ahora ellos [los traficantes] se han dado cuenta, y les ponen el número de matrícula de avionetas que ya han sido intervenidas, para despistar. La última, la de Madre de Dios, figuraba como que ya estaba siniestrada.

—El Congreso aprobó una ley que autoriza a las FF.AA. a operar en interdicción de drogas en zonas de emergencia. ¿No se superpone con la labor que realiza la policía?
Todas las instituciones del Estado deben comprometerse y luchar contra el tráfico de drogas. Y si es para sumar, en buena hora. El narcotráfico tiene una característica esencial: crea espacios inseguros a través de la violencia. Los traficantes en el Vraem usan para esto a Sendero, por ejemplo. Es importante combatir el tráfico de drogas, y no solo con el fusil, es un tema complejo

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