José Carlos Requena comenta que las nuevas autoridades deberían explorar la creación de mancomunidades regionales.(Foto: Richard Hirano)
José Carlos Requena comenta que las nuevas autoridades deberían explorar la creación de mancomunidades regionales.(Foto: Richard Hirano)
Ricardo León

El domingo se realizará la segunda vuelta electoral en 15 regiones del país. El 1 de enero del 2019, habrá 25 nuevas autoridades regionales con las cuales el Ejecutivo deberá entenderse hasta el final de la gestión de Martín Vizcarra como presidente (por cierto, él fue gobernador regional de Moquegua entre el 2011 y el 2014). En una columna de opinión publicada en este Diario en octubre, el analista político José Carlos Requena escribió: “El Ejecutivo tendrá que enfrentar a este variopinto elenco de actores y a esta distante agenda de preocupaciones con algo más que la voluntariosa delegación de poderes o asignación de recursos, tan comunes en las reuniones de los GORE-Ejecutivo”. Él esboza ahora una mirada en perspectiva sobre este futuro inmediato para la política regional.

—Uno de los detalles que más llaman la atención en las elecciones regionales –en la primera y segunda vuelta– es la cantidad de personajes con un largo pasado político. Hay muy pocas caras nuevas.
Hay una suerte de élite en la política regional: personajes que están regresando, algunos de ellos antes fueron congresistas o alcaldes. En esta segunda vuelta, hay tres ex congresistas en carrera, como Mesías Guevara en Cajamarca, Michael Martínez en Apurímac y Luis Wilson en Cusco. Hay otros que antes han sido gobernadores regionales y ahora postulan otra vez al cargo, como Wilmer Dioses en Tumbes, Luis Picón en Huánuco o Javier Alvarado en Lima Provincias. Y hay también otros que ya antes llegaron a segunda vuelta en elecciones de este tipo, como Javier Ísmodes en Arequipa o Pedro Bogarín en San Martín.

—Y hay varios que fueron autoridades de gobiernos locales.
Exacto, sin contar con los que han sido alcaldes en sus jurisdicciones. Es decir, lo que prima es gente con cierto recorrido. Con todas las precariedades que hay, se está constituyendo una especie de élite recurrente en la política regional.

— Desde antes de asumir el cargo, Pedro Pablo Kuczynski ofreció crear un viceministerio de apoyo a las regiones (que no se concretó) y sostuvo amplias reuniones con gobernadores regionales. ¿No generó esto una sobreexpectativa en estas autoridades?
La verdad, el país debería haberse conducido hacia una regionalización real, pero en vez de eso se ha ‘departamentalizado’ todo, y además a las regiones se les ha dado recursos, entonces estamos en una suerte de punto de no retorno. Más bien, lo que sí se ha constituido son las llamadas mancomunidades regionales, aunque unas funcionan mejor que otras.

—¿Han realmente funcionado, al menos desde lo económico?
Tomo como ejemplo la que une a Ica, Huancavelica y Ayacucho. Ese debería ser el siguiente paso, que avancemos a algo más realista. No es posible que tengamos 25 autoridades regionales en jurisdicciones hechas sobre bases que ya no tienen sentido. Por ejemplo, la zona norte de Huancavelica está más cerca de Junín, hay zonas de Ayacucho, como Puquio, que miran más a Ica o Arequipa que a Huamanga. Por eso es una buena alternativa explorar las mancomunidades.

—El presidente Vizcarra ha sido gobernador en Moquegua, y el titular del Consejo de Ministros, César Villanueva, gobernó años atrás en la región San Martín. ¿Esa experiencia hace más fluida la relación con los actuales gobernadores, o es solo algo nominal?
Siento que ha sido una prolongación del énfasis que quiso dar Kuczynski, pero con más peso. Vizcarra y Villanueva son dos ex gobernadores que ahora están en los dos puestos más altos del poder, entonces lo que han hecho es como hablarles de tú a tú a las regiones, con todas las implicancias que eso tiene. Lo que me temo es que ambos terminen cediendo y no ejerzan control sobre las regiones.

—Y ya sabemos cómo acaba esa falta de control al interior del país. Hay regiones como Áncash que tienen varios gobernadores sucesivos tras las rejas, y no es la única.
No hay una sola región que no tenga gobernadores o ex gobernadores en líos judiciales, o procesados, o incluso sentenciados. Ninguna.

—Hablemos de los gobernadores que fueron elegidos en primera vuelta. Algunos han despertado nerviosismo o desconfianza porque se piensa que pueden reactivarse conflictos sociales del pasado. En particular, Walter Aduviri (Puno), Zenón Cuevas (Moquegua) y Vladimir Cerrón (Junín). Sobre el primero de ellos, César Villanueva pidió no “satanizarlo”. ¿Comparte ese punto de vista?
Walter Aduviri, Zenón Cuevas y otros gobernadores ya elegidos tienen el desafío de mostrar que pueden hacer una gestión que no se centre en protestas o en conflictos. Coincido en que a Aduviri hay que verlo en la cancha, me da la impresión de que va a tener la tendencia más hacia lo pragmático y hacia la coexistencia con las entidades privadas. Más temor me dan aquellos casos de gobernadores elegidos o en segunda vuelta que en sus gestiones anteriores han tenido que ver con actos ilícitos.

—En el lado opuesto, y respecto de los gobernadores que el 31 de diciembre entregan el cargo, ¿cuáles considera que representan un proyecto a futuro, o cuáles podrían continuar una carrera política?
Por la información que se analiza desde Lima –seguramente en las regiones de donde provienen habrá matices locales que habría que evaluar–, yo diría que Fernando Cillóniz (Ica) y Yamila Osorio (Arequipa) son dos personalidades que deberían continuar en política de alguna manera; lo digo a pesar de saber que en sus regiones despiertan críticas. Hay otros gobernadores salientes sobre los que se tenía cierta expectativa, como Luis Valdez (La Libertad), cuya gestión, sin embargo, ha dejado bastantes pendientes; o el propio Reynaldo Hilbck, cuyo manejo en el proceso de la reconstrucción ha sido muy criticado.

* El domingo irán 15 regiones a segunda vuelta para elegir gobernadores: Amazonas, Áncash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huánuco, Lima Provincias, Madre de Dios, Pasco, Piura, San Martín, Tacna y Tumbes.

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