"No hay voluntad para reconocer al indígena como ciudadano"
"No hay voluntad para reconocer al indígena como ciudadano"
Redacción EC

VANESSA ROMO ESPINOZA

asháninka. Así consiguió que no se construyera una represa hidroeléctrica en el río Ene, que iba a desplazar a 1.475 familias indígenas sin haberles consultado previamente. Hoy, la presidenta de la Central Asháninka del Río Ene (CARE) obtendrá un premio internacional por esa labor. Sin embargo, piensa que aún no se ha logrado un real reconocimiento de los derechos del indígena.
 
¿Cuando piensa en usted, cómo se identifica?
Yo soy asháninka. Además, soy parte de una nación que se llama Perú, de la que soy parte, con derechos y deberes.
 
Antes de ser lideresa de su comunidad hace nueve años pasó por muchas realidades
Nací en Cutivireni del río Ene, en . Ahí viví hasta los 12 años, cuando a mi padre lo matan porque lo confunden con terrorista. Éramos un pueblo secuestrado por la violencia.  
 
¿Recuerda entender lo que sucedía en ese momento?
Tuve que asumir un rol de persona mayor. Tenía una hermana más grande, pero Sendero Luminoso se la llevó, mi madre estaba muy enferma y tuve que cuidar a mis hermanos.  
 
¿Cómo pudieron salir de esa opresión terrorista?
Una base militar se instaló en Cutivireni y pedimos a los militares que nos llevaran a Satipo, a la ciudad. Mi mamá se mejoró, pero tuvo que dejar que una hermana y yo viajáramos con otras familias a Lima. Luego regresé a Satipo para estudiar.  
 
¿En qué momento de su vida aparece la Central Asháninka del Río Ene (CARE)?
Cuando tenía 21 años. Me capacité por dos años y aprendí a ver los problemas de mi pueblo, a conocer quiénes somos. En Satipo solo se conocía al asháninka desde la discriminación. He resistido acoso sexual por ser mujer indígena. Pensaban que era un ser sexual.  
 
Debió ser complicado ser elegida presidenta de la CARE con ese prejuicio.
Los indígenas no daban importancia a la mujer. Yo he roto esa barrera del machismo. Entendieron que no es cuestión de ser hombre o mujer, sino de defender nuestros derechos y necesidades que son las de todos.
 
¿Cree que esas necesidades son atendidas por el Estado?
No. Y no estamos pidiendo que nos atiendan dándonos comida o ropa, sino como a cualquier ciudadano peruano. Tenemos necesidades básicas como la educación y la salud. Pedimos inversión, pero acorde a nuestra realidad, un plan que nos incluya.  
 
Va a recibir el premio Goldman por su lucha medioambiental en el caso de la represa . ¿Cree que la realidad de ha mejorado?
Una no era importante porque ya existía un compromiso internacional con el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).  Pero se aprobó, participamos de ese proceso. Sin embargo, aún no se usa en nuestra comunidad. Necesitamos que haya planes interculturales en el sistema de salud y de educación.  
 
Usted ha mencionado que no están en contra de la inversión. Odebrecht dejó Pakitzapango, pero si llega una nueva empresa, ¿se opondrían?
Si trabajamos juntos en alternativas, se puede avanzar. Nos opusimos porque se nos quiso imponer un proyecto sin habernos pedido nuestra opinión. Yo me enteré del acuerdo energético entre el Perú y Brasil y que iban a inundar nuestras tierras por radio. Creímos que al Estado no le interesábamos. 
 
¿Y ese trato que creían recibir del Gobierno ha cambiado?
No, no hay voluntad política para reconocer al indígena como ciudadano peruano. Las empresas no tienen la obligación de atendernos, es el Estado el que debe garantizar que nuestros derechos se cumplan. Hay una deuda histórica desde que fuimos desplazados por el terrorismo, ahora también querían desplazarnos. Nos prometieron que nos darían un territorio que estaría libre de caos y daños. Aún lo esperamos.

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