En el tramo de la Panamericana Norte aledaño a las ruinas de Chan Chan, la basura se ha convertido en parte del paisaje. (Foto: Johnny Aurazo / El Comercio).
En el tramo de la Panamericana Norte aledaño a las ruinas de Chan Chan, la basura se ha convertido en parte del paisaje. (Foto: Johnny Aurazo / El Comercio).
Johnny Aurazo

La Ruta Moche es el espacio donde conviven la Señora de Cao y el Señor de Sipán. Es decir, la única gobernante mujer del antiguo Perú y el máximo representante mochica del siglo III. Allí también se ubican Chan Chan, la ciudad prehispánica de barro más grande de América; y Chaparrí, un hermoso y extenso bosque que hoy salva de la extinción al oso de anteojos.

Une a La Libertad y Lambayeque, pero las carreteras que la forman y conducen a sus milenarios destinos están repletas de toneladas de desmonte y basura en muchos de sus tramos. Por ello, es un área que, si bien fascina a sus visitantes por la riqueza histórica que atesora, aún no termina de afirmarse. Su descuidado paisaje –e incluso maloliente– contrasta con la majestuosidad de sus sitios turísticos.

El desmonte y la basura asfixian la Ruta Moche

—En Lambayeque—
Con una extensión total de 270 kilómetros, la Ruta Moche recorre 150 de ellos en la región Lambayeque. En el Museo Tumbas Reales de Sipán, ubicado en la ciudad del mismo nombre, Walter Alva, su director, se sienta sobre una silla ancha y sonríe. En el 2018, recibió la visita de 196 mil turistas, una cifra récord en los casi 17 años que tiene el museo.

El arqueólogo descubrió al Señor de Sipán en la década de 1980. Cree que el museo podría duplicar el número de visitantes, pero su optimismo se pierde cuando recuerda que, a solo cien metros, la imagen que da el mercado de la ciudad difiere terriblemente con el diseño de la galería, un homenaje a las pirámides truncas mochicas. “Para ingresar a este museo, tienes que pasar por un mercado tugurizado y un caos vehicular espantoso. Esa es la primera imagen que tiene el turista de nosotros”, dice.

“Me indigno porque causa mucho esfuerzo tener un museo como este. La basura es un problema que todavía no tiene solución inmediata en Lambayeque. Si seguimos así, entre el desorden, el caos y la basura, estamos en alto riesgo de decaer como destino turístico”, explica Alva.

(Infografía: El Comercio)
(Infografía: El Comercio)

A poco más de una hora del distrito de Lambayeque se encuentra Reque, la localidad que da la bienvenida a esta región desde Trujillo o el sur del país. Aquí el panorama es impactante: a la altura del kilómetro 760 de la Panamericana Norte, se ubica el botadero de Chiclayo, unas 500 hectáreas de terreno donde se cuentan 1.200 toneladas de basura y desmonte. “Además de una obvia contaminación ambiental, aquí hablamos de un efecto socioeconómico negativo para Lambayeque”, sostiene Gloria Reyes, ingeniera y funcionaria del municipio local.

El escenario es similar en la ruta que conduce a las 26 pirámides de Túcume, a 33 kilómetros de Chiclayo. Al pie del sitio arqueológico de Mocce, los recicladores encuentran “fierros y mucho plástico”. “La gente viene aquí a botar basura”, cuenta sin reparos una mujer en medio del muladar.

Bernarda Delgado es la directora del Museo Túcume. Más de 61 mil turistas visitaron este lugar el año pasado. La cifra fue muy superior a la del 2017 (37.933); no obstante, admite que la percepción negativa que se llevan muchos turistas por la contaminación en las carreteras ha tenido un impacto. “La basura que está en las calles y en las carreteras la bota la gente, y no la recogen las autoridades”, sostiene.

Al otro lado de Lambayeque, en la carretera que conduce a Huaca Rajada Sipán, grupos de gallinazos picotean decenas de bolsas de basura. Camino al Museo Nacional de Sicán, a un kilómetro al norte de Ferreñafe, el panorama es el mismo. “Lo que se ha generado es una impresión visual pésima de una ruta que debería estar limpia. Hay operadores de turismo que ya no quieren regresar porque la basura ahuyenta al visitante. Lambayeque no era así”, dice Carlos Elera, director de Sicán.

—En La Libertad—
Los 120 kilómetros restantes de la Ruta Moche se encuentran en La Libertad. Pero, al igual que en Lambayeque, las vías que conducen a sus principales destinos turísticos están rodeadas por toneladas de desmonte. Solo entre el óvalo Huanchaco y la avenida Víctor Larco Herrera –ruta que puede conducir al tradicional balneario, Chan Chan y las huacas del Sol y de la Luna– el sector Cultura ha calculado que persisten 200 mil metros cúbicos de residuos de construcción y demolición.

“Aquí se tienen que tomar acciones firmes, sancionar, para evitar que después de limpiar la zona vuelva a ser una muralla de basura”, indica María Elena Córdova, directora de la Dirección Desconcentrada de Cultura.

En el Proyecto Huacas del Sol y la Luna, en Moche, su director Ricardo Morales lamenta que las autoridades competentes no asuman su responsabilidad y que, lejos de impulsar la Ruta Moche, permanezcan inmóviles ante el problema. “Cuando los turistas ingresan a la ciudad, irónicamente se les da la bienvenida con una inmundicia insoportable”, dice.
Aunque también propone: “Aquí necesitamos juntarnos todos, autoridades competentes y municipios, para desarrollar grandes jornadas de limpieza y mejorar la Ruta Moche”.

(Infografía: El Comercio)
(Infografía: El Comercio)
(Infografía: El Comercio)
(Infografía: El Comercio)

► Según ubicación de las vías
¿Cuáles son las autoridades competentes en la limpieza de la Ruta Moche?

De acuerdo con información recogida por el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan), la Ruta Moche recibe al año a cerca de 100 mil visitantes extranjeros y 500 mil peruanos, lo que genera US$140 millones de ingresos. Sin embargo, la basura acumulada tendría un impacto negativo.

“En una ruta como la Vía de Evitamiento [de la ciudad de Trujillo] no podemos intervenir porque es una carretera nacional”, respondió el alcalde de Huanchaco, Estay García, cuando este Diario le preguntó por la gran cantidad de desmonte acumulado en ambos lados de la ruta que conduce a Chan Chan.

Tras esta versión, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) indicó a través de un correo electrónico que las autoridades responsables de la administración y gestión de la infraestructura vial pública son el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y los gobiernos regionales y locales, según la ubicación de la vía en cuestión.
“El Ministerio de Comercio Exterior y Turismo no es competente en la administración y gestión de la infraestructura vial, ni en la recolección de residuos sólidos”, afirmó el sector. El Comercio buscó la versión del MTC, pero no hubo respuesta.

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