PPK encabezó campaña de fumigación contra el dengue en Piura - 13
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José Carlos Requena

“Ladran, gritan, pero avanzamos”, dijo el presidente Pedro Pablo Kuczynski en su reciente visita a Piura, el sábado 28 de octubre. La impropia frase respondía a las críticas a los pocos progresos en la reconstrucción, golpeada en esos días tras la renuncia de Pablo de la Flor a la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC).
En efecto, la semana que termina ha visto avances. Pero no todos dejan en buen pie al Ejecutivo.

El viernes 3, por ejemplo, se difundió el más reciente sondeo de Datum, en el que la aprobación al mandatario, efectivamente, avanza, pero hacia abajo. En el norte, el epicentro de la reconstrucción, la popularidad del presidente llega a 21%, cinco puntos porcentuales menos que el promedio nacional.

Se han dado dos relevos importantes que, en el mejor de los casos, solo verán avances en los retos que se avecinan. En la ARCC se confirmó la incorporación de Edgar Quispe, un economista formado en la Universidad San Cristóbal de Huamanga, con dilatada experiencia en el sector público. Quispe deberá liderar un proceso que se muestra crecientemente problemático, sobre todo dada la proximidad de la etapa electoral y la subsecuente curva de aprendizaje que significarán las nuevas autoridades subnacionales, desde enero del 2019.

En la PCM, los cambios han ido avanzando. Carlos Loret de Mola reemplaza al abogado Javier Fernández-Concha al frente del Viceministerio de Gobernanza Territorial. Si se suma a José Ávila, heredado de la gestión humalista, y a Rolando Luque, ambos en la Oficina de Diálogo y Sostenibilidad, predecesora del actual viceministerio, son cuatro las personas que han tenido dicha responsabilidad en los más de 15 meses de gobierno.

Otro avance, fuera de las esferas del Ejecutivo, es el referido a la imposibilidad de que las listas locales presenten candidaturas en las elecciones subnacionales. Aunque la medida ha generado cierta controversia, debería ser vista como una oportunidad para el fortalecimiento de los partidos políticos nacionales.

La frase de alusiones caninas, además, llegó días después de un censo con aparente mayor cobertura (93%) de lo que las redes sociales y el ánimo reinante en Lima indicaban. La confiabilidad, sin embargo, era similar a la popularidad presidencial (25%), ambas cifras también según la encuesta de Datum.

“Ladran, Sánchez”, podría haber dicho el presidente, dirigiéndose al ex jefe del INEI Aníbal Sánchez, cuya errática gestión terminó por convertir una ocasión para el involucramiento cívico en un flanco para el gobierno. “La mayoría de peruanos reconoce nuestro trabajo”, le podría haber respondido Sánchez, mostrándose solidario y utilizando las mismas palabras que usó para defender su gestión al frente del INEI.

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