"Mesa que más se instala", por Giulio Valz-Gen

Es positivo que el Gobierno haya cerrado, al menos por el momento, el conflicto social en Saramurillo (Loreto). La conclusión de este capítulo no supone, en absoluto, que el Ejecutivo esté exento de críticas por el manejo que viene dando a los conflictos sociales. Y es que todo apunta a que esta gestión llegó sin un plan. El nombramiento de Rolando Luque como jefe de la Oficina Nacional de Dialogo y Sostenibilidad (ONDS) de la PCM se produjo recién el 1 de octubre. A diferencia de lo que pasó con varios otros sectores (donde desde un inicio se conocían los nombres de los nuevos cuadros), en el caso de los conflictos sociales el Ejecutivo no tenía a nadie. 

Según declaraciones públicas del propio Luque, el enfoque inicial del primer ministro Fernando Zavala era que los ministros no participen en el proceso de diálogo. Ello no ha ocurrido ni en Saramurillo, ni en Las Bambas ni en Espinar. Ahí han estado los ministros de Transportes, Producción, Justicia, Agricultura, Defensa, Salud y Energía.
Hasta ahora, lo único que ha podido hacer el Gobierno es apagar incendios. ¿Cómo lo hace? Pues instala mesas de diálogo.

Cada vez que una determinada población cierra una vía, el Estado instala una mesa. Si, como es natural, los medios hacen eco de la noticia (y los pueblos se van pasando la voz), lo más probable es que la localidad vecina haga exactamente lo mismo para que sus reclamos sean escuchados. 

El problema es complejo porque reclamos tenemos todos. Ciertamente, algunos son mucho más relevantes que otros. Es tarea del Estado hacer el ránking de necesidades y enfrentarlas. Pero, si esa labor es reemplazada por las mesas y los acuerdos a los que se llegan en estas (forzados por las protestas), entonces el Estado está renunciando a uno de sus principales roles. 

¿Cómo enfrentar entonces los conflictos sociales? No hay una fórmula ganadora. Lo que sí es cierto es que debe ser una labor prioritaria, en donde la prevención juegue un rol fundamental. Y en donde la ley sea respetada.