Deyvis Fernández Pérez fue ultimado el 31 de diciembre en el centro poblado La Joya, a la altura del km 2 del corredor Chonta-Infierno. (Foto: PNP)
Deyvis Fernández Pérez fue ultimado el 31 de diciembre en el centro poblado La Joya, a la altura del km 2 del corredor Chonta-Infierno. (Foto: PNP)

Al término del 2019, el 31 de diciembre, Deyvis Fernández Pérez (22) fue acribillado de cinco disparos cuando se trasladaba en una moto sin placa de rodaje junto al ciudadano de nacionalidad venezolana Adrián Quintana Jiménez. El hecho se registró a las 5:45 p.m., en el centro poblado La Joya, a la altura del km 2 del corredor Chonta-Infierno, vía que conduce a los albergues turísticos de la Reserva Nacional de Tambopata, en .

Esta es la moto en que se trasladaban Adrián Quintana Jiménez (a la derecha) y Deyvis Fernández Pérez cuando este último fue acribillado. (Foto: PNP)
Esta es la moto en que se trasladaban Adrián Quintana Jiménez (a la derecha) y Deyvis Fernández Pérez cuando este último fue acribillado. (Foto: PNP)

Deyvis Fernández Pérez era natural de Tocache (San Martín). Hace 6 años llegaron a La Pampa, zona de minería ilegal, con sus tres hermanos: Jhon Fernández Pérez (29), Lili Fernández Pérez y otro hermano conocido como “Cuca”. Al principio, los tres hombres iban a trabajar en minería, pero luego se habrían dedicado a la seguridad de los mineros y después a la protección y reglaje para la distribución de la en Puerto Maldonado.

Según las investigaciones de la División de Investigación Criminal (Divincri) de Madre de Dios, el crimen se trataría de un ajuste de cuentas entre dos bandas dedicadas a la distribución de droga en la ciudad de Puerto Maldonado: Los Vermelhos y Los Cajachos. Adrián Quintana saltó de la moto y logró huir del lugar, según narraron los testigos que presenciaron lo ocurrido.

Este crimen estaría relacionado a los dos asesinatos registrados en la primera semana de octubre del 2019. El segundo día de ese mes, Kid Kelvin Koga Moreno (38) fue ultimado a tiros en la localidad de El Triunfo, mientras que a las 24 horas, Josué Camilo Ramírez Soria (37) fue atacado de varios disparos por tres desconocidos al interior de una empresa ladrillera, en La Joya.

Ramírez Soria fue trasladado con vida al hospital Santa Rosa y pese a la gravedad de sus heridas de bala se mantuvo estable. Sin embargo, luego de tres días amaneció muerto. Según la policía, que accedió a las cámaras de videovigilancia de la ladrillera, fueron tres las personas que ingresaron con armas en mano y dispararon contra Josué Ramírez. Dos de ellas serían Deyvis Fernández Pérez y su hermano Jhon Fernández Pérez, así como un tercero aún no identificado. A ellos les habrían encargado el atentado a Ramírez porque lo sindicaban como el responsable de la muerte de Koga Moreno.

-El inicio de la guerra-

La guerra por el control del paso y la distribución de la droga en la región Madre de Dios comenzó con el asesinato de Yonel Gonzales Inga, quien pertenecía a Los Cajachos, el 11 de abril del 2019. Su cuerpo fue hallado a orillas del río Madre de Dios, en el sector Rompeolas, con visibles signos de haber sido torturado.

Como acto de venganza, el 14 de mayo del mismo año fue asesinado Wilbert Sanchez Padilla, un dirigente de la invasiones que ocupan hoy los terrenos de la Base Aérea de Puerto Maldonado, de propiedad del Ministerio de Defensa. Sanchez Padilla tenía protección de Los Vermelhos.

Asimismo, el 22 de noviembre del 2019, fue ultimado Emerson Joel Hermoza Quispe (28), cuando se trasladaba en su moto por el jirón Libertad y la Avenida Madre de Dios, en la ciudad de Puerto Maldonado.

-Cabecillas-

Según las indagaciones de la Divincri de Madre de Dios, la banda de Los Cajachos procedería de Cajamarca y quien la dirige sería una mujer conocida como “La gringa”.

En el caso de Los Vermelhos, es parte de la Banda Comando Vermelhos, dirigida por un ciudadano brasileño de alias “Fabio”, quien tendría además el control del paso y la distribución de la droga en Madre de Dios.

Algunos testigos, que prefirieron no decir sus nombres, señalan que esta guerra continuará y las muertes también, “hasta que solo una banda controle el paso y distribución de la droga”.

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