Mafia que entrenaba sicarios cobraba US$2.000 por adiestrarlos
Mafia que entrenaba sicarios cobraba US$2.000 por adiestrarlos
Ana Briceño

Un ex miembro de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) fue capturado ayer tras ser acusado de haber entrenado a sicarios –en instalaciones militares– en el empleo de armas de fuego. Según una investigación de la policía y del Ministerio Público, Roberto Subauste Roca también vendía ilegalmente armas y granadas de guerra a los , en un negocio que le habría proporcionado grandes ganancias económicas. 

La fortuna de Subauste, sin embargo, cambió durante la madrugada de ayer, cuando fue intervenido en una casa que alquilaba, en El Agustino. De manera simultánea también se capturó, en diferentes distritos de Lima, a otras ocho personas que formarían parte de la misma mafia.

Se trataría de una red que habría operado por lo menos desde el 2012 vendiendo armas, municiones, explosivos y hasta vehículos robados a una organización de sicarios. La policía precisó que tenía como cómplices a militares de la FAP, quienes le habrían vendido las granadas de guerra, de uso exclusivo de militares y policías. 

–Entrenando a sicarios–
La policía siguió los pasos a Subauste y a la organización durante seis meses. Los agentes lo catalogan como alguien desconfiado que solo hacía negocios con gente de su extrema confianza. 

En una ocasión, un delincuente lo buscó en El Agustino porque quería que entrenar a sus sicarios en el manejo de armas y granadas de guerra. Subauste habría pedido US$100 por cada uno de ellos, aparte del cobro de municiones y el alquiler de las armas para adiestrarlos, precisó una fuente policial.

El entrenamiento de los sicarios se realizó en la galería de tiro de la empresa Importaciones Enzo S.A.C., en Breña, también intervenida ayer al igual que otros 12 inmuebles. Esta compañía tiene autorización de la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec) para ofrecer prácticas de tiro hasta el 2018. 

No hay normas que prohíban a personas con antecedentes policiales o penales realizar este tipo de ejercicios en los polígonos de tiro. 

Subauste es acusado de haber capacitado a siete delincuentes en cinco sesiones. En esas prácticas habría consolidado su relación de confianza con ellos y, luego, habría decidido buscar lugares más amplios de entrenamiento. “Buscó a gente de su promoción en la FAP para que lo ayudase y ofreció a los sicarios prácticas intensivas de 15 días en el sur de Lima por US$2.000 cada uno”, dijo una fuente de la policía. 

Según nuestra fuente, como adelanto, recibió US$10 mil por parte del delincuente que lo contactó para el entrenamiento de sus sicarios. Es en ese momento, de acuerdo con las indagaciones, que Subauste coordinó con el jefe de la base Punta Lobos de la FAP, en el distrito de Pucusana, para hacer las prácticas de tiro. El entrenamiento consistía en el reconocimiento del arma, cambio de cacerinas y disparos luego de actividades físicas.

–La FAP en la mira–
Las indagaciones establecieron que las armas y las municiones para este tipo de ejercicios fueron proporcionadas por personal de la FAP a los sicarios, quienes luego las compraron. Todos ganaron.

Al mediodía de ayer, la FAP envió un comunicado en el que informó que el pasado 4 de abril denunció la sustracción de 130 granadas de mano de la base logística de Punta Lobos, en Pucusana, y que ha colaborado con la policía en las investigaciones.  

“En el 2005, la FAP expulsó de la institución a Subauste por medida disciplinaria y al técnico Alberto Ascarruz, presuntos implicados en este caso”, dice el documento. 
En el 2015, se investigó a nueve militares por las pérdida de 786 granadas. Se decidió relevar a todo el personal asignado a los almacenes, pero nada cambió. 

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