Narcotráfico: ¿Cómo combate la PNP este flagelo en la selva? | VIDEO

Es un día soleado, la temperatura bordea los 30 grados. El calor es tan intenso al interior de la Base Policial de la Dirección Antidrogas (Dirandro) de la Policía Nacional en Santa Lucía (San Martín) que es necesario refugiarse debajo de los árboles que en este lugar abundan, así como en toda la selva de nuestro país. Hasta este lugar llegó El Comercio para apreciar diversas demostraciones de operaciones tácticas que los agentes policiales ejecutan para combatir el narcotráfico en la zona del Alto Huallaga.

Esta unidad especializada fue reconocida oficialmente el 18 de enero de 1990 como Fuerte Policial Santa Lucía, para luego cambiar su nombre al de Base Policial de Santa Lucia. El sitio cuenta con una pista de aterrizaje que permite la operatividad de aviones tipo Antonov An-32 y helicópteros UH-1H y Mi-8.

En la base de Santa Lucía recibe el director de la Dirandro, el general PNP Reinaldo Iglesias Arévalo, quien junto a una comitiva policial explica las acciones que realizan los agentes.

-Un peligroso aliado del narcotráfico-

La primera demostración demanda adentrarse en la espesura de la selva, a la que se llega tras cinco minutos de viaje en auto desde el centro de la base policial.

La coronel PNP Carmen Sandoval explica a este Diario que décadas atrás el método utilizado por los narcotraficantes era el de las pozas de maceración, sin embargo, hace ya algunos años implementaron el denominado “tanque” o “cilindro” para este ilícito. Se caracteriza por la utilización de hojas de coca frescas y de menos cantidad de ácido, originando que el ciclo de producción del alcaloide sea diario. “El método utilizado por los narcotraficantes desde hace décadas es el de las pozas de maceración. A este se ha sumado la modalidad del tanque o cilindro, la cual es utilizada en la frontera norte, para el lado de Santa Rosa, en el Trapecio Amazónico, así como también en Puno”, informó.

Una ráfaga de disparos al aire advierte que la demostración del operativo inició. Un equipo policial aparece entre los árboles para intervenir los laboratorios, incautar la ilegal mercadería, los insumos químicos, y detener a quienes elaboran la droga. Tras reducirlos y ponerlos de rodillas, los policías inspeccionan cada rincón del lugar para encontrar toda la droga posible y llevarla delante del representante del Ministerio Público, quien acompaña el operativo. Mientras un grupo realiza la búsqueda, otro no aparta la vista de los alrededores, alerta sobre cualquier posible ataque o emboscada terrorista. Por eso, la interdicción debe desarrollarse lo rápida y sigilosamente. No hay espacio para el error.

El resultado de la interdicción es la incautación de dos escopetas hechizas retrocargas, un arma de puño pistola, 12 paquetes tipo tamales y 15 paquetes tipo ladrillo precintados con cinta de embalaje. Tras someter las sustancias halladas al interior de cada paquete al reactivo tiocianato de cobalto (prueba química para mostrar la presencia de alcaloides), se comprueba que son cocaínicas. Posteriormente, la Policía Nacional procede con la destrucción e incineración de los laboratorios rústicos.

-Operaciones antidrogas helitransportadas-

El tipo de terreno en la selva del Perú obliga a que los agentes antidrogas sean transportados en helicópteros. En muchos operativos, estos medios de transporte no aterrizan debido a lo accidentado del territorio, o para no levantar sospechas. En estos casos, los efectivos descienden de los helicópteros por medio de sogas.

Para poder apreciar esta intervención, el general Iglesias acompañó a la comitiva hasta un espacio destinado a la puesta en práctica de esta clase de operaciones. Simulando estar en un helicóptero, los agentes descendieron a rapel. Una vez en el suelo, rodearon un laboratorio con sumo cuidado, cubriendo todos los flancos, a fin de no dejar espacio para una posible escapatoria de quienes minutos después fueron intervenidos.

Tal como ocurrió en la primera interdicción, el laboratorio y los insumos ahí encontrados son destruidos e incinerados. También, se detiene a tres personas, quienes están inmersos en el delito de tráfico ilícito de drogas.

-Intervención a una aeronave-

Algunas pistas de aterrizaje en la selva son utilizadas para transportar droga hacia distintas partes del Perú y a otros países de la región. Esta vez, los agentes policiales demuestran cómo proceden cuando reciben información de que una aeronave está siendo abastecida con gran cantidad de droga y se prepara a partir.

Los policías se camuflan entre los arbustos. Deben contar cuidadosamente cuántas personas encargadas de la vigilancia hay alrededor de la aeronave. Estas se encuentran con armamento de guerra de corto y largo alcance, y no despegan la vista del perímetro, pendientes de cualquier ruido que les advierta de una presencia no deseada que pueda frustrar la ilegal operación. Es entonces que los agentes deciden detonar algunos explosivos para distraer a los vigías, quienes inmediatamente son abordados y reducidos.

Cerca de una tonelada de droga fue incautada, así como la aeronave. Esta vez, en ninguna de las tres demostraciones resultó herido algún policía. Sin embargo, este riesgo se mantiene latente en cada operación ejecutada en el Alto Huallaga, donde además del narcotráfico, los agentes de la Base de Santa Lucía ayudan en la lucha contra los remanentes terroristas.

Luego de un largo día en esta base policial, el sol sigue deslumbrando y agotando poco a poco. En la selva, la lucha contra el narcotráfico continúa sin descanso.

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