La policía halló y detuvo a una de las tratantes en el terminal terrestre del Cusco. (Foto: Municipalidad del Cusco)
La policía halló y detuvo a una de las tratantes en el terminal terrestre del Cusco. (Foto: Municipalidad del Cusco)
Enrique Vera

En los últimos mensajes que había enviado de su celular, Delia Palomino Chunca, de 31 años, detallaba la ruta y sus movimientos. Tenía programado salir del terminal terrestre de Cusco a las 11 p.m. del pasado 10 de marzo rumbo a algún punto de la vía Interoceánica, en Puerto Maldonado (Madre de Dios).

Al llegar a Quispicanchi iba a lanzar la primera alerta a sus contactos; y en el trayecto final del bus, al parecer, la mujer iba a recibir una indicación para bajar sin riesgo a ser descubierta.

Delia Palomino iba a llevar a dos adolescentes, de 17 años, que había captado durante el día cuando ambas buscaban empleo en los avisos que se publican a diario en distintos locales de la calle Belén, en Cusco.

Les había dicho que administraba una tienda en Madre de Dios y necesitaba ayudantes por pagos de S/1.000 mensuales. Las menores aceptaron y desde entonces Delia no les perdió el rastro, hasta que consiguió trasladarlas al terminal.

La tienda a la que la mujer se refería era, aparentemente, un bar ubicado a la altura de La Pampa, zona de minería ilegal y explotación sexual de menores que se extiende entre los kilómetros 108 y 116 de la carretera Interoceánica.

A pocos minutos de abordar el bus, la misma captadora sugirió a sus víctimas que tal vez llegando a su destino podrían animarse a trabajar también en un local nocturno “donde se gana más plata”. Todo era parte de una estrategia bien delineada para que las chicas no intenten huir durante los primeros días, hasta que la necesidad y el temor a la mafia las obligue a permanecer explotadas.

Agentes de la sección de Trata de Personas de Cusco que habían seguido los desplazamientos de Delia Palomino la capturaron en el terminal cusqueño y pusieron a disposición del Ministerio Público a las adolescentes.

Palomino intentó aducir que sus fines eran altruistas, pero en los primeros registros a su celular la policía y personal fiscal constataron a qué se dedicaba.

Con esta operación, los detectives de la sección de Trata de Personas culminaron una jornada intensa que se había iniciado con el arresto de la enfermera Sonia Hurtado Ccana (33). A ella la hallaron en las inmediaciones de la calle Belén con dos menores que acababa de captar bajo la misma modalidad de Delia Palomino: el engaño ante la necesidad.

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