El Minsa conformará un grupo de seguimiento para la implementación de los temas pendientes de la ley de alimentación saludable (Foto: Renzo Salazar)
El Minsa conformará un grupo de seguimiento para la implementación de los temas pendientes de la ley de alimentación saludable (Foto: Renzo Salazar)
Redacción EC

Desde hoy empezó a regir el manual de advertencias publicitarias que establece el etiquetado obligatorio con octógonos de advertencia para para alimentos procesados y bebidas no alcohólicas cuyos contenidos excedan ciertos parámetros establecidos.

La norma considera cuatro clases de etiquetas: alto en azúcar, alto en sodio, alto en grasas saturadas y presencia de grasas trans. Sin embargo, poco se sabe sobre los efectos que conlleva el consumo de los alimentos que contengan dichos componentes.

A continuación, tomando información de la Dirección General de Intervenciones Estratégicas del Ministerio de Salud (Minsa), se señala los posibles efectos sobre la salud que generaría una ingesta continua de alimentos que presenten estas sustancias.

Productos altos en azúcar: su consumo regular trae como consecuencia un aumento de la grasa corporal, y enfermedades como el hígado graso, la resistencia a la insulina o la diabetes.

Productos altos en sodio: su consumo constante genera un aumento del agua en el cuerpo, provoca el incremento de la presión arterial que trae como consecuencia fallas cardíacas o renales.

Productos altos en grasas saturadas: están ligados al incremento de grasa corporal, que puede generar un colesterol alto, factor que desencadena infartos al corazón y al cerebro.

Productos que contienen grasas trans: Pueden aumentar el colesterol no saludable y el riesgo de enfermedad cardiovascular

Temas pendientes
Alexandro Saco, director de Promoción de la Salud del Minsa, señaló que el etiquetado basado en octógonos contribuye al proceso de información de los usuarios y se adecua a los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud. “Los parámetros que estamos aplicando desde hoy son más altos que los que la OMS recomienda. Estamos en un proceso de adecuación que en 30 meses debe derivar en otros más estrictos. Finalmente estos productos van a seguir en el mercado y si se adecuan van a producir menos daño a la salud”, dice.

El funcionario señala que en Chile —donde el etiquetado se implementó hace tres años— viene mostrando un impacto positivo. “Cuando la gente observa que el producto tiene un octógono, en la mayoría de los casos opta por no comprarlo. Eso deriva a que compre productos con contenidos más bajos o naturales”, explica.

Saco añade que la rectoría en este rubro la maneja el Minsa, que próximamente conformará un grupo de seguimiento para la implementación de los temas pendientes de la ley de alimentación saludable. Asimismo trabajará conjuntamente con el Minedu para incluir información sobre contenidos nutricionales en la currícula escolar.

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