Pedro Barreto: “Hay que unirnos no solo en la protesta, sino en la propuesta”
Pedro Barreto: “Hay que unirnos no solo en la protesta, sino en la propuesta”
Giulio Valz-Gen

El nuevo cardenal de la Iglesia Católica, monseñor Pedro Barreto, tuvo la gentileza de visitar las instalaciones de El Comercio. Lo hizo ayer antes de las 8 de la mañana. Llegó solo y a pie. El arzobispo de Huancayo regresa este viernes por primera vez a su diócesis, luego de haber sido designado cardenal por el papa Francisco. La ciudad lo esperará con un gran recibimiento.

— ¿Qué significa para usted y para el Perú el hecho de que Francisco lo haya nombrado cardenal?

Yo no esperaba esa designación. El Santo Padre elige a obispos que considera que son personas que pueden aconsejarlo con una visión universal. Para mí ha sido una designación inesperada e inmerecida. Dios, a través de Francisco, me ha elegido para estar cerca del Papa.

— ¿Usted conoció a Francisco antes de ser elegido Santo Padre?

Lo conocí en 1980, cuando fui a Buenos Aires por cuestiones de espiritualidad. Conversando, salió el tema de que mi madre nació y vivió en Buenos Aires hasta los 9 años. Me preguntó dónde vivió y le conté que en el barrio de Flores. Abrió los ojos y dijo: “Es mi propio barrio”. Dedicó casi toda una mañana a enseñarme el barrio. Después ya nos vimos en algunos eventos eclesiales y nos saludábamos, pero no con mucha cercanía. A partir de su elección como Papa tuve la oportunidad de verlo con frecuencia y quedé admirado de que él se acordara de esta experiencia en Buenos Aires con mucha amistad.


— ¿Qué encargo le hizo el Papa cuando lo designó cardenal?

Tal vez no me lo crea, pero no me ha dicho nada. Es decir, me ha saludado, hemos conversado, incluso me hizo alguna broma. No me ha dicho la palabra cardenal, tampoco me ha dicho: “Yo te he elegido para esto”. Al menos así lo interpreto. No es que no le dé importancia, sino que discurre como una propuesta que me ha hecho, respecto a la cual yo sé perfectamente lo que debo hacer. En realidad, ha sido como una especie de confianza plena y total.


— Según una encuesta El Comercio-Ipsos, el 71% de la población peruana se considera católica. ¿Cuál debe ser el rol de la Iglesia?


La misión de la Iglesia es evangelizar. En el Perú la Iglesia jugó un papel preponderante y desde el principio apostó por la libertad. Una libertad que dignifica a la persona. Tenemos que ser responsables de vivir en solidaridad y fraternidad como país. Tenemos mucho camino por recorrer.


— En medio de la crisis por los audios que involucran a miembros del Poder Judicial y el Consejo Nacional de la Magistratura, el miércoles usted, acompañado por el cardenal Juan Luis Cipriani y monseñor Miguel Cabrejos, fue recibido por el presidente Vizcarra. ¿De qué hablaron?

Inicialmente esa era una reunión solicitada por mí. Cuando estaba en Roma, recibí una carta muy fraternal del presidente felicitándome por la designación y, sobre todo, alegrándose de que haya dos cardenales en el Perú por primera vez. Quería agradecerle el gesto. Se aprovechó la reunión para que estén presentes el cardenal [Cipriani] y el presidente de la Conferencia Episcopal [Cabrejos]. Se habló de una situación muy difícil que estamos viviendo. Fue una conversación muy franca. Veo muy buenas intenciones del presidente Vizcarra. Lo animamos a que siga en ese camino de reforma del Poder Judicial y que siga buscando el bien.


— Si usted tuviese que jerarquizar los profundos problemas que tiene el Perú, ¿cuál debería ser el orden y cómo considera que podrían abordarse desde la Iglesia?

Hay que definir qué es la Iglesia. Somos todos los bautizados. Ese 71% de católicos tiene que despertar. Despertar de la indiferencia. La Iglesia no va a solucionar los problemas del país pero sí va a aportar. El país esta viviendo una de las peores crisis, pero estamos saliendo porque hay gente buena. Jesús dice que los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz. Y esos hijos de las tinieblas están organizados, son mafias y ahí está la corrupción. Los hijos de la luz tienen que unirse para poder sacar adelante un país y una sociedad, comenzando con la familia, luego el mundo del trabajo y empresarial, el mundo de la política y el cuidado del medio ambiente.


— ¿Qué acciones se deberían tomar para combatir la violencia contra la mujer?

Que alguien maltrate a una mujer es como que agreda a su propia madre. Tenemos que decir basta. Debemos trabajar en la familia. ¿De dónde salen aquellos que violentan a la mujer? Generalmente uno repite lo que ve en casa. Tenemos que unirnos no solamente en la protesta, sino en la propuesta. ¿Y cuál es la propuesta? Educación de calidad, respeto a los derechos de varón y mujer, pero teniendo en cuenta también nuestros deberes.


— ¿Cuál es su posición con respecto al Caso Sodalicio y las denuncias que pesan sobre Luis Fernando Figari?


En primer lugar, quiero referirme a la falta de información sobre el proceso canónico que se sigue contra Figari. Por la naturaleza del proceso existen reservas, pero debo reconocer que hay demasiado hermetismo y lentitud en algo que es gravísimo. Estoy en comunicación con una víctima de abusos sexuales de Figari. Realmente me da mucha pena, tengo ganas de llorar al ver cómo ha sufrido vejámenes gravísimos cuando era adolescente. Luego de su visita al Perú, el Papa dijo que la sentencia a Figari saldría en un mes y que él estaba acusado y sentenciado por cosas muy graves. No conocemos la sentencia pero esto es lo que dijo el Santo Padre. El que tenga oídos, que oiga, dijo Jesús. Francisco, a través de la congregación, ya ha autorizado que si el Poder Judicial convoca a Figari, el comisario tendría que autorizar su venida.


​— ¿Cuál es la situación de la intervención del Sodalicio ordenada por el Papa?

Hay un comisario. Él es el responsable. Aquí hay algo que preocupa mucho, que no solamente son los hechos graves de pedofilia y vejámenes a la persona, sino también toda la cuestión económica. Este es un punto que está siendo estudiado por la Santa Sede. Puedo dar testimonio de que el Papa está haciendo todo lo posible para una tolerancia cero. Esperamos que pronto se haga luz sobre esta tiniebla.


— Hay quienes han querido ver en su designación algún tipo de oposición respecto a posturas del cardenal Cipriani. ¿Cuál es su relación con el arzobispo de Lima?

Nos conocemos desde hace mucho tiempo. Nuestra relación siempre ha sido muy amical. Otra cosa es que haya habido diferencias en algunos aspectos, pero siempre he dicho que hay una unidad. Tanto él como yo, y los demás obispos, lo único que queremos es servir a Cristo y a la Iglesia. Cada uno tiene su carácter y su personalidad. Puede haber habido fricciones pero en lo esencial estamos muy unidos. La relación es muy positiva, cosa que yo le agradezco a él y también a Dios.

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