Unas horas después del peor desborde del río Piura en toda la historia de esta región, el panorama era extremadamente brutal. Niños cargados en ollas, bebés en brazos de policías, ancianos cargados en hombros, y testimonios desgarradores.

Relatos como el de Mauricio Paz Inga, a quien El Comercio encontró en la loma de Molino Azul, en Villa Pedregal Grande, Catacaos (Piura) donde llegamos junto a rescatistas de la Marina de Guerra y del Ejército Peruano comandados por el general EP Carlos Escudero.

"Hemos corrido desesperados, a refugiarnos en esta loma. No hemos dormido, no podíamos dormir con la sensación que el agua iba a subir", dijo Mauricio Paz Inga entre lágrimas mientras pedía ayuda humanitaria para él y las 500 personas de Pedregal rescatadas.

La señora Milagros Sosa comentó que vivió terribles momentos por el desborde del río porque tuvo que abandonarlo todo para salvar a sus hijos. Hizo un pedido para que llegue la ayuda humanitaria a todas las zonas del Bajo Piura.

"Queremos que nos evacuen que nos den carpa, mosquiteros para los niños porque toda la noche les ha picado el zancudo, repelente, alimentos porque cuando salimos no sacamos nada", dijo.

De otro lado, José Francisco Aquino Chero, vecino también de Pedregal Grande relató que al momento de la inundación salieron de sus viviendas desesperados y solo un día después, cuando empezó a bajar el agua, han podido rescatar algunas de sus pertenencias.

"Hemos pasado la noche pensando en los aumentos (del caudal del río) y luego se nos vino la lluvia. Hicimos estas carpas para estar con la familia. No hemos podido descansar cuidándolos", dijo.

A su turno, Jose Miguel Aranaqué explicó que su familia como otras subieron a loma Molino Azul para salvarse de la inundación pero aún necesitan que lleguen las donaciones.

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Piura: rescates están a punto de culminar en el Bajo Piura — Sociedad El Comercio (@sociedad_ECpe)

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