hidrovía
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José Carlos Requena

La mañana del miércoles 28 de junio se dio un hecho importante, que podría impactar decisivamente en la mejora de la calidad de vida de las poblaciones asentadas en la Amazonía peruana. Pro Inversión recibió las propuestas técnicas y económicas de tres postores calificados que buscan llevar adelante el proyecto hidrovía amazónica.

El desarrollo contrasta con el proceso trunco del 2015, que fue dejado de lado luego de que se presentara un solo postor. Además, no pudo superar las reservas que mantenían diversos sectores, incluyendo las comunidades indígenas.

Viendo el actual momento, en que el pesimismo cunde y otros proyectos parecen parados, la noticia no es poca cosa. Se trata de una iniciativa que significa una inversión estimada de US$95 millones para una concesión de 20 años, que ha esperado materializarse por un plazo muy prolongado.

Los casi 2.700 km de extensión que tendrá la vía unirán a importantes centros urbanos como Iquitos, Yurimaguas y Pucallpa, entre los ríos Huallaga, Marañón y Ucayali. Hasta Yurimaguas llega la IIRSA Norte y hasta Pucallpa la IIRSA Centro.

Como se sabe, el sistema que conforman los ríos de la selva constituye el principal medio de tránsito en la región. Según Pro Inversión, el 90% de tráfico intrarregional, entre pasajeros y carga, se realiza por este medio. Hoy, sin embargo, las condiciones de este tránsito son altamente inseguras, además de ineficientes.

El proyecto busca brindar una transitabilidad permanente y segura, las 24 horas de los 365 días del año, en una región en que el transporte aéreo es altamente oneroso y el terrestre es bastante limitado, debido a las condiciones geográficas. Es particularmente relevante que impacte en zonas cercanas a las fronteras con Brasil y Colombia, regiones tradicionalmente olvidadas por el Gobierno Central.

Uno de los componentes importantes de ese ambicioso proyecto es el dragado de ríos, que en el pasado activó la sensibilidad de las comunidades asentadas en la zona. Hoy, esos reparos parecen despejados, ya que se cuenta con acuerdos de consulta previa que incluyen el dragado solo en los malos pasos, de manera que se genera fluidez para la navegación.

Según los plazos que maneja Pro Inversión, la próxima semana debería adjudicarse la obra, escogiendo al ganador entre los tres postores finalistas. Antes de fin de año, el proceso debería estar en plena ejecución.

En el actual clima de creciente desconfianza, el lanzamiento del proyecto hidrovía amazónica a través de una asociación público-privada es un gran golpe de optimismo. Debería también constituirse en un modelo para seguir, para evitar los atolondrados vientos que tuvieron que enfrentar recientemente otros proyectos de inversión.

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