Eve Crowley, representante de la FAO en Chile, conversó con El Comercio sobre la aprobación del manual que implementa el uso de octógonos en alimentos procesados. (Foto: FAO/Archivo)
Alicia Rojas Sánchez

La aprobación del Manual de Advertencias Publicitarias que incorpora el uso de octógonos en los alimentos procesados abrió el debate respecto a su viabilidad. Organizaciones como la OPS, el Colegio Médico del Perú, la Defensoría del Pueblo y la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), manifestaron su apoyo a esta medida del Gobierno peruano.

De acuerdo con lo publicado, los alimentos que excedan parámetros técnicos de sodio, azúcar, grasas saturadas y grasas trans, deberán llevar sellos de color negro y blanco. Para Eve Crowley, representante de la FAO en Chile, este es el inicio de un periodo que puede gestar importantes cambios, tal como ocurrió en ese país.

- ¿En qué se diferencia el sistema octogonal aprobado en Perú al que se aplica en Chile desde hace dos años?

La diferencia es que Perú tiene un octógono para “alto en grasas trans” y Chile no lo tiene, pero sí uno de “alto en calorías”. Lo otro es que Perú tiene una Ley de alimentación saludable, con este manual como una de las formas que apoyan en la implementación. En Chile existe un reglamento en que el etiquetado es una de las cuatro medidas para disminuir la obesidad y sobrepeso. Alimentos que tienen los sellos, en Chile, están prohibidos de venderse en escuelas y a cierta distancia. También, está prohibida la publicidad que atraiga a niños a los productos asociados a los sellos. Finalmente, promover entornos saludables y actividad física. Hay todo un programa de sensibilización pública alrededor de estos sellos y del consumo saludable. Esta combinación es poderosa. Estas etiquetas tienen impactos positivos, pero deberían ser parte de un conjunto de acciones.

- Según la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), este modelo octagonal no ha funcionado en Chile y estaban pensando en cambiarlo, ¿Es así?

No se va a cambiar, este sistema es una ley. Una de las cosas muy importantes fue el proceso consultivo, que involucró a todos los actores. Empezaron en el 2006 y entró en vigencia en el 2016. Algunos son más felices que otros, pero esto es el rol del Estado: saber cómo hacer una selección difícil que es para el bien común. No se van a cambiar los sellos, al contrario, Chile es observado a nivel internacional como uno de los pioneros en la lucha contra la obesidad y sigue con innovaciones complementarias para reforzarlo. Lo aplicaron de forma progresiva.

- ¿Cuál fue el impacto inmediato de estas etiquetas en la industria chilena?

El sector privado, muchos de ellos, reformularon sus alimentos para reducir el azúcar, grasa y sal en sus alimentos. Es un tema muy polémico, a nadie le gustan los cambios. Pero es una oportunidad porque el sector privado, en Chile, innovó inmediatamente y ahora tienen un lugar importante en el mercado para vender sin sellos. Tenemos que confiar en el interés de tener un bien público, que es la salud. Por ejemplo, en Chile cuesta US$ 750 millones anuales el impacto de enfermedades crónicas en la salud pública.

- ¿Por qué, si es posible la innovación, un sector industrial peruano se opondría a los octógonos?

Los cambios siempre cuestan a las personas y empresas, lo desconocido cuesta y, claro, personas informadas pueden no querer correr el riesgo de consumir alimentos malos para su salud que pueden ser promovidos por algunas empresas.

- ¿Cómo recibió la población de Chile la implementación de los octógonos en los alimentos procesados?

El 92% de la población se mostró favorable a la idea de etiquetado para ayudarles en sus decisiones. También el 92% dijo que los sellos influenciaron en sus decisiones de compras. El 87% entendía los sellos y los consideraba positivos, el 63% lo considera relevante para sus vidas y el 91% de las madres asociaba los alimentos con sellos con alimentos poco saludables y, finalmente, el 81% de los adolescentes los reconocían. El análisis mostró que los octógonos son más simples de interpretar. El consumidor tiene derecho a saber lo que está consumiendo.

- ¿Cuáles podrían ser las proyecciones, a corto plazo, de estos sellos en la industria peruana?

Pensamos que habrá un impacto en la reformulación de algunos de alimentos. Es probable que algunos cereales, galletas, bebidas, vayan a disminuir sal y azúcar. Algunos tratarán de ser muy innovadores y encontrar nuevas formas de conservar los alimentos. Hay otros que no querrán y, si no lo hacen, tendrán una parte de la población que no les va a comprar. Esta reformulación es algo que veríamos, habrá algún impacto en las compras de los consumidores. También, un mayor interés en la alimentación saludable.

- El Manual de Advertencias aprobado el último sábado, ¿En qué medida impactaría, al largo plazo, en estas cifras? Porque está enfocado a niños y adolescentes.

La obesidad y sobrepeso están subiendo. Es algo para lo que tenemos que encontrar soluciones. Hay países que han implementado formas de etiquetado diferentes o similares tratando de apoyar en la reducción de obesidad y sobrepeso, pero son problemas acumulativos y de medio y largo plazo. No son cosas que una regulación va a generar resultados en el peso en el corto plazo.

- ¿Cuál es el panorama nutricional peruano por el que se hace necesario un sistema octogonal en los empaques de alimentos?

Es complejo, aquí se caracteriza por triple carga de malnutrición. Perú tiene los tres problemas conjuntos. Por un lado, desnutrición crónica que afecta a 13% de la población de niños menores de 5 años. Luego, anemia, que lo padece 1 de cada 3 niños (34%) menores de 5 años y es uno de los índices más grandes en la región. Es bueno que el Gobierno sea conciente de ese problema y de la necesidad de tener una respuesta integral. Finalmente, la obesidad y sobrepreso que afectan al 8% de la población menor de 5 años. Pero cuando uno llega a los mayores de 15 años, es 54% de la población que tiene sobrepeso u obesidad, y está subiendo.

- ¿Qué evidencia hay en Chile sobre la reducción de obesidad? Hay sectores que indican que los índices no bajaron.

Tenemos que recordar que entró en vigencia hace dos años y tuvo un periodo de gracia para ponerlo en acción. Este tipo de crítica viene de personas que no entienden cómo funciona la salud humana. Muchas personas que entienden el problema de la obesidad saben que esto no se hace de un día a otro, son cosas que llevan tiempo. Nadie que trabajó en la ley pensó que iba a haber un cambio en dos o tres años. Los cambios si se implementa bien la ley se verán en 10 años. Pero, tampoco es cierto que la obesidad han subido.

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