Tabla de picar: "El reto mayor", por Catherine Contreras
Tabla de picar: "El reto mayor", por Catherine Contreras
Catherine Contreras

Por años, al Perú se le ha reconocido el haber innovado en gastronomía desde un flanco pocas veces considerado dentro del universo culinario: el social. Mientras la vanguardia española se enfocaba en crear esferificaciones y técnicas de cocción al vacío, en esta parte del mundo se gestó una nueva transformación. El motor de la gastronomía empezó a rugir como un elemento unificador, que fortaleció nuestra identidad y ayudó a restablecer ese orgullo de ser peruanos que creíamos olvidado, tras décadas de mirar la mesa del otro como la mejor y más tentadora.

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Hoy, más de una década después de ese ‘boom’ fortalecido desde los campos de la economía y el turismo, nuestra gastronomía busca afianzar sus fortalezas desde nuevas reflexiones. Estas tienen que ver con la sostenibilidad de una propuesta que proteja nuestros recursos y los aproveche al máximo, pero que también se comprometa en la lucha contra la malnutrición. También en la continua investigación y divulgación del conocimiento, porque nadie come con gusto aquello que poco conoce.

Sin dejar de mirar y profundizar en las cocinas que nos nutrieron –porque lo siguen y seguirán haciendo–, en el Perú la innovación en gastronomía apunta a corregir errores (la inocuidad alimentaria, tan mentada estos días, es uno de ellos), impulsar iniciativas que motiven y den vitrina al talento y la creatividad de cada actor de esta industria, y crear desde este y otros flancos un modelo que nutra realmente a todos los peruanos. Llevar alimento a la mesa de todos, eso sería algo realmente innovador en gastronomía. 

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