Testino: "Los artistas peruanos ya se están comiendo el mundo"
Testino: "Los artistas peruanos ya se están comiendo el mundo"
Enrique Planas

Son 77 artistas en 480 páginas. El más reciente proyecto editorial de Mario Testino y el MATE ha seleccionado a esta cantidad de artistas para revelar al mundo la animada escena del arte contemporáneo nacional. El grupo incluye fotógrafos, escultores, pintores, videastas y creadores de instalaciones. "Setenta y siete artistas peruanos contemporáneos" (título que no necesita explicación), coloca en orden cronológico a cada uno de los seleccionados para luego desplegar una muestra de sus obras, fotografías de estudio, bocetos, información biográfica y citas que expresan sus intenciones y puntos de vista. Desde Teresa Burga a Maya Watanabe, de Juan Javier Salazar a Miguel Aguirre, se trata de una muy representativa muestra de lo que se ha producido en nuestras artes visuales en las dos últimas décadas.

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Presentado el pasado jueves en la quinta edición de la Feria PaRC (Perú Arte Contemporáneo), sin duda este libro será una plataforma para la promoción del artista contemporáneo peruano fuera de nuestras fronteras. Para el fotógrafo Mario Testino, pese a que la globalización crea cierta tendencia a la homogeneidad, el trabajo de los artistas peruanos tiene una originalidad propia. "El arte es producto de cada artista y del medio en el cual creció, se formó y vive", afirma. Ahora llega el momento de compartirlo con el resto del mundo.

—En el prólogo del libro, Natalia Majluf señala que tu mirada sobre la conformación de la escena artística actual supone una perspectiva particular sobre nuestra contemporaneidad, pero también lleva implícita una idea de “filiación”. ¿Te sientes parte de ese desarrollo? 
De hecho me siento producto de una estética peruana. Me parece que es imposible negar la influencia de los estímulos que nos han rodeado en etapas tempranas y a los que seguimos exponiéndonos a lo largo de nuestras vidas. ¿Cómo no haber asimilado los colores, sonidos, olores con los que crecimos? Para mí es imposible imaginarlo y siento además que todas esas cosas han formado mi manera de ver el mundo; para mí es como la materia prima con la cual se elabora luego otro nivel de cuestionamientos, de búsquedas, y las respuestas son las formas individuales en que cada artista plasma lo suyo, ¿no?

—Como fotógrafo, ¿qué reflexión te genera ver que la fotografía domina buena parte del trabajo de muchos de los artistas escogidos, incluso como insumo para el trabajo de los pintores?
Me parece que pasamos por un momento en que los artistas no quieren ser limitados a ser pintores, escultores o fotógrafos. Ahora hay libertad de usar todos los medios que se tienen al alcance y la fotografía es en muchos casos una herramienta para hacer pintura, escultura, etc., aunque mantiene también el valor de que por ella misma constituya una obra de arte en sí. Quizá el libro, que es producto de un trabajo de investigación y selección hecho por el equipo de MATE con mi aprobación final, refleja esa presencia de la fotografía en muchos de los trabajos.

—Giuseppe Campuzano, reconocido por su "Museo Travesti" y sus performances transgénero, añade al libro la reflexión 'queer'. Lo curioso es que, junto con la obra de Christian Bendayán, no hay otro artista que trabaje sobre lo andrógino. ¿Crees que la creación visual peruana aún resulta conservadora frente a esta narrativa visual?
O quizá este tipo de expresión esté aún empezando. Pero todo llega. Como Caitlyn Jenner en la portada de "Vanity Fair", por ejemplo. No te la hubieras esperado, ni habría sucedido un año antes, pero cuando se volvió relevante, salió.

—En la introducción del libro compartes un recuerdo especial por el desaparecido artista Juan Javier Salazar. ¿Cuánto crees que su mirada ha influenciado en gran parte de los artistas más jóvenes? 
Mucho. Creo que deben de ser pocos los artistas jóvenes peruanos que puedan afirmar que el discurso y la obra de Juan Javier no influyó en ellos. Su libertad y capacidad de darle vueltas y nuevo sentido a las cosas más mínimas o comunes era increíble y esto, unido a la ironía que hay detrás de cada una de sus obras, es lo que siempre me sorprendió más y llamó la atención de todo su trabajo.

—Además de coleccionista, apoyas al arte contemporáneo con tu museo, con residencias para artistas y con importantes exposiciones, promoviendo el trabajo de muchos artistas locales. ¿Cuál crees que debe ser la responsabilidad del coleccionista? 
Yo he sido coleccionista por muchos años. Para mí la idea de poder ayudar a que los artistas puedan seguir trabajando es algo superimportante. No estoy seguro de que todos los coleccionistas lo hagan, pero creo que el gusto por coleccionar debería venir siempre unido a un espíritu de mecenazgo por el arte.

—¿Qué crees que le falta al arte peruano para recibir el empujón y salir a comerse al mundo?
Hay muchos artistas peruanos que ya se lo están comiendo [ríe]. Artistas que están presentes en exposiciones en galerías y museos superimportantes, en las ferias de arte más reconocidas y que están dando un gran salto. Pero hay que tener en cuenta que todos ellos lo están haciendo gracias a su esfuerzo personal, o de las galerías que los representan, o instituciones privadas. El Estado debería tener una política de apoyo que permita a los artistas acceder a becas, a residencias, a fondos concursables, etc. Creo que el apoyo de PromPerú para la edición de este libro representa un buen ejemplo de apoyo desde el Estado. Ojalá surjan otras iniciativas.

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