El Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú pagó más de S/3 millones por 200 respiradores que no sirven para apagar incendios. La compra data de octubre del 2017, y más de un año después los equipos siguen guardados en un almacén. Nadie los usa, pues no tienen los mecanismos que ayuden a sobrevivir a un bombero accidentado en una emergencia. En este reportaje, El Comercio cuenta los detalles de una extraña y sospechosa adquisición para los hombres de rojo.