“Lori Berenson es terrorista, ser activista implica otra cosa”
“Lori Berenson es terrorista, ser activista implica otra cosa”
Giulio Valz-Gen

Tras cumplir una condena por terrorismo de 20 años, la estadounidense  ha sido . En los días previos, la agencia de noticias Associated Press (AP) la calificó de “activista”.

En artículos escritos en el 2002 y 2011, el ex embajador estadounidense en el Perú Dennis Jett criticó a algunos medios de su país por tratar con simpatía a Berenson. El Comercio ubicó al ex embajador y conversó con él vía telefónica. 

—¿Berenson es una activista? 
Es una terrorista. Activista implica otra cosa. Una persona activa en una causa. Por ejemplo, alguien que protesta por la contaminación del ambiente. Berenson fue acusada de terrorismo. Confesó y pidió disculpas a las víctimas y sus familias por su colaboración con el MRTA. 

—¿Considera que ha existido una cobertura especial de este caso en EE.UU.? 
El tema se inició en 1996, mucho antes del ataque terrorista del 11 de setiembre. Era una época en la que, para el 95% de los estadounidenses, el terrorismo era un problema que pasaba fuera del país. Sus padres se dedicaron a su causa. Incluso hubo una resolución de la Cámara Baja del Congreso [estadounidense] pidiendo un proceso justo. Otro cuestionamiento venía por la corte militar que la juzgó por primera vez. Es un poco irónico que, cuando llegamos a tener nuestro problema de terrorismo [en EE.UU.], tuvimos una corte militar para los presos en Guantánamo. 

—¿Por qué a cierta prensa estadounidense le cuesta llamarla terrorista? 
Es un poco difícil de contestar. Creo que hay una tendencia, casi automática, de asumir que un estadounidense acusado de cometer un crimen fuera del país puede ser inocente o, por lo menos, que no va a tener un proceso justo. Es una reacción un poco racista y que muestra una falta de confianza en los sistemas judiciales foráneos. 

—¿Berenson va a tener algún estatus particular en EE.UU. considerando que cumplió una condena por terrorismo? 
Creo que no. No tengo conocimiento respecto a algún estatus especial. Ella regresa básicamente libre. 

—Usted estuvo a punto de ser capturado como rehén en la toma de la embajada de Japón. ¿Cómo ve ese momento pasados los años? 
Eso muestra la importancia de la suerte en la vida. La recepción era de 7 a 9 p.m. Llegué a las 7:15 y salí a las 7:45 porque tenía que recoger a mi madre que llegaba a Lima para pasar Navidad. Los terroristas entraron a las 8:15 p.m. Se podría decir que esta es una de las razones por las que me molesta que se refieran a Berenson como activista en lugar de terrorista. Por media hora, escapé del destino de haber sido rehén del MRTA. No sé qué hubiera pasado si me quedaba media hora más. 

—Usted fue embajador hasta 1999, antes de la caída del régimen de Alberto Fujimori. ¿Qué piensa de lo que pasó? 
La caída de Fujimori muestra la importancia de la democracia en el Perú y de la libertad de prensa. Diarios como El Comercio, “La República” y otros, tuvieron el coraje de informar lo que pasaba, así como las ONG de derechos humanos. Es una lástima que Fujimori haya querido quedarse en el poder. Él hizo algunas cosas buenas. Controló el terrorismo, firmó un acuerdo de paz con Ecuador, reformó la economía y el Perú ha disfrutado una época de baja inflación que empezó con Fujimori. 

—Su hija Keiko Fujimori lidera las encuestas para la próxima elección presidencial. 
Creo que ella es una persona diferente a su padre. Espero que no tenga la misma tendencia con respecto a la democracia. La democracia en el Perú está más fuerte que hace 20 años. 

—¿Cómo ve el Perú actual?
Cada vez que regreso a Lima me impresiona mucho el crecimiento económico. Obviamente, siempre hay debates políticos y problemas pero son mucho menos graves que en años pasados. La democracia está fuerte y hay problemas de seguridad y criminalidad pero nada como el problema del terrorismo.

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