Víctor Reyes Parra

Fue un domingo por la noche en Palacio de Gobierno. El 4 de septiembre pasado, el Ejecutivo convocó a los medios de comunicación liderada por Aníbal Torres, entonces presidente del Consejo de Ministros.

Acudieron reporteros de medios radiales, escritos y televisivos. Pero también se presentaron los integrantes de lo que ellos mismos, así como Torres, sus ministros y el propio Pedro Castillo, denominaron “prensa alternativa”.

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Esa noche, dos representantes de dicho grupo hicieron preguntas al entonces primer ministro: Aníbal Estacio, representante de Rimac Llaqta; y Shirley Basilio, de la Coordinadora No al Golpe.

Conferencia del Ejecutivo donde participó la “prensa alternativa”

“El Ejecutivo va a trabajar con mayor frecuencia, con mayor intensidad, con la prensa alternativa, con la prensa que no desinforma”, dijo esa noche Torres. También aprovechó una pregunta, en la que se dijo equivocadamente que la prensa no transmitió la conferencia, para acusar a los medios de tergiversar la verdad y decir que hay “prensa corrupta”.

Los reporteros en el lugar reclamaron por los adjetivos, lo que fue respondido por la “prensa alternativa” con insultos. Todo ante la mirada y una leve sonrisa del entonces primer ministro, hoy procesado por rebelión. La “prensa alternativa” entraba así al discurso político nacional.

Defensa del gobierno

Un par de días antes, en la Plaza San Martín, representantes de la “prensa alternativa.

Entre otros, allí estuvieron Andres Huamaní Quispe ‘Kuntur’, y conocido como representante de Rimac Llaqta; y José Luis Manrique Pizango, de la Red Nacional de Prensa de Provincia (RNPP).

Por esos días, José Luis Manrique Pizango comenzó a tener acceso frecuente a Palacio de Gobierno y a los viajes a regiones de Pedro Castillo. Incluso lo entrevistó el 9 de septiembre, en el Cusco. Allí, el entonces mandatario calificó a la “prensa alternativa” de necesaria y útil. Fue tal la notoriedad que llegó a tener Manrique Pizango que, en noviembre,

Entrevista de “prensa alternativa” a Pedro Castillo

El mensaje en esos medios “alternativos” era de respaldo cerrado a Pedro Castillo y Aníbal Torres, de pedidos de cierre del Congreso, de descalificación al Ministerio Público y a la prensa que investigaba los presuntos actos de corrupción ligados el Ejecutivo.

Reporteros comentaron a El Comercio que cuando representantes de estos medios “alternativos” acudían a eventos o conferencias de prensa del Ejecutivo, sus preguntas tenían casi siempre el efecto (o el propósito) de ser usadas por el entrevistado para victimizarse o atacar a la prensa.

En paralelo a la irrupción de la “prensa alternativa”, surgió otro fenómeno: el de personas que iban a los lugares donde los reporteros realizaban su trabajo afuera de Palacio de Gobierno para insultarlos u hostigarlos. Algunos de ellos grababan esos actos y los transmitían en vivo para sus redes sociales.

Después del golpe

La cercanía de estos sectores con Palacio de Gobierno se agotó con como su sucesora. Sin embargo, el discurso de la “prensa alternativa” sigue cohesionado.

Transmisión de Rimac Llaqta luego del golpe de Estado

La defensa al gobierno de Pedro Castillo pasó a ser un intento de justificar o negar su golpe de Estado. Esto bajo tesis como que fue manipulado, que era un pedido popular, o que su anuncio no tuvo efectos legales. Incluso aún se apuesta por su liberación y restitución en el cargo.

También , pese a haber sido -al margen de las críticas que puedan hacerse a su gestión y manejo de las protestas- la sucesora constitucional de Pedro Castillo. Los mismos calificativos van a hacia el Congreso, del cual se sigue pidiendo su cierre.

La “prensa alternativa” también hace su propia cobertura de las manifestaciones contra Dina Boluarte, piden su renuncia y la convocatoria a una asamblea constituyente. Durante sus discursos en las concentraciones previas a las manifestaciones, Huamaní Quispe ha dicho que se deben evitar actos de violencia, resistir provocaciones de la fiscalía y separar a “infiltrados”.

Sin embargo, Willax mostró imágenes del pasado 28 de enero en las que un integrante de Rímac Llaqta fue captado lanzado piedras contra la Policía en el Centro de Lima, y azuzando a otros a hacer lo mismo. Se trata de Joaquín Geson Nieto Aldaba, más conocido en redes sociales como ‘Super Jason’.

Como ejemplo del actual discurso de la “prensa alternativa” está una , ambos se refirieron a Castillo como un “preso político”, quien “legalmente, no tendría que estar en el penal”, y deslizaron que estaría “secuestrado”. En ese mismo día, el 19 de enero, Manrique habló sobre un supuesto plan de fuga de Boluarte para esos días y que incluso ya había grabado su renuncia.

En tanto, en Rimac Llaqta, Huamaní Quispe , el cual en la Constitución solo es contemplado conta un gobierno usurpador o que viola la Carta Magna. Este grupo, ante el cierre de la Plaza San Martín, ahora realiza sus actividades en las calles aledañas, siempre con ‘Kuntur’ como su principal orador.

Integrante de Rimac Llaqta fue captado lanzando piedras con la Policía.
Integrante de Rimac Llaqta fue captado lanzando piedras con la Policía.

Análisis

Jorge Acevedo, especialista en comunicación política, dijo a El Comercio que el término prensa alternativa aplica más bien para medios independientes y particulares, que suelen ser digitales o radiales; y que la “prensa alternativa” de Castillo es más similar a la prensa de un partido político o un líder político.

“Hace las veces de una prensa oficiosa, que trata de apoyar una determinada causa política”, sostuvo Acevedo. “Pedro Castillo, como fenómeno político, es ya marginal. No sé qué tanto pueda contribuir esta tesis de que no fue un golpe”, opinó.

Pese a ello, advirtió que con el mayor acceso a transmisiones por redes sociales como Facebook y YouTube, la principal plataforma de la “prensa alternativa” asociada a Pedro Castillo, futuros gobiernos cercanos al populismo y al extremismo ideológico (sean de izquierda o de derecha) podrían recurrir a sus propias “prensas alternativas”.

Zuliana Lainez, presidenta de la Asociación Nacional de Periodistas (ANP), consideró que la actividad comunicativa de estos grupos está más cercana a la propaganda política y que no se le puede considerar periodismo. Esto al margen de que todo ciudadano tiene derecho a opinar y expresar sus opiniones por plataformas propias, siempre que no inciten a la violencia.

“Tienen el derecho a ejercer la libertad de opinión, mientras no inciten a la violencia ni estigmaticen [a la prensa ]. Lo que no se puede hacer es contrabandear esas prácticas como periodismo”, comentó a El Comercio.