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Una semana de desequilibrio para el gobierno de Ollanta Humala - 3
Rocío La Rosa Vásquez

A nueve meses de culminar el gobierno de , los reveses para este no cesan. A la renuncia de Marisol Espinoza –congresista y vicepresidenta de la República– al nacionalismo y a su bancada en el Congreso, se sumaron la destitución de Julia Príncipe al cargo de procuradora, la renuncia del ministro de Justicia Gustavo Adrianzén y la decisión unánime del Tribunal Constitucional para que la investigación a por lavado de activos continúe.

¿Qué significa este escenario para el país y qué actitud debería tomar la gestión de Humala con miras a julio del 2016? “La impresión que da el gobierno a estas alturas es que ha perdido el horizonte de los temas fundamentales para el país y ha reemplazado la labor de gobierno por la de defensa de la esposa del presidente”, respondió el analista político Alfonso Baella.

Para este último, tanto las renuncias como los alejamientos de , su colega y ex vicepresidente Omar Chehade –actualmente muy crítico de Ollanta Humala y su esposa– y las ex procuradoras Yeni Vilcatoma y Julia Príncipe “tienen al centro a Nadine Heredia”, lo que es sumamente inconveniente para los intereses del país.

Con miras a lo que viene en adelante, Baella consideró que es momento de que Humala se ponga de acuerdo con el presidente del Jurado Nacional de Elecciones, Francisco Távara, y convoque, cuanto antes, a las elecciones generales del 2016. “Para así generar un espacio de mayor garantía para el proceso electoral [...] el presidente de la República tiene la obligación de garantizar un proceso equilibrado para todos los partidos políticos”, comentó.

Incluso, el analista consideró que Nadine Heredia debería tener un gesto y renunciar al Partido Nacionalista Peruano para allanarse a las investigaciones que tiene en el Ministerio Público.

“Ella es el mayor factor de perturbación para el país y la democracia, el poder que está ejerciendo, la manera como está influyendo en el presidente y los ministros [...] Está manipulando de diferente manera las cosas en su beneficio y ataca a quienes ella cree que son sus enemigos”, afirmó.

“Cosecha lo que se sembró”
La recomendación a Nadine Heredia para tomar distancia del gobierno vino también desde el Congreso. Para el parlamentario Juan Carlos Eguren (PPC), “Heredia debe tener una actitud prudente, tomar distancia de la función gubernamental en la que nunca debió inmiscuirse, porque perjudica al gobierno y a su esposo, y más bien debe concentrarse en su defensa judicial ante las denuncias y procesos que obviamente vendrán, y en los que tiene derecho al debido proceso”.

El titular de la Comisión de Justicia del Parlamento también señaló que el gobierno cosecha lo que ha sembrado, y responsabilizó al electorado “por elegir como presidente a una persona sin liderazgo ni capacidad, que encabezó un proyecto absolutamente improvisado”.

Sobre la actitud del gobierno de Ollanta Humala en estos más de cuatro años, Eguren mencionó que ha sido de “permanente confrontación y ahora recibe el mismo tratamiento”. Según dijo, el jefe del Estado “no supo construir relaciones políticas con el resto de partidos y ahora está pagando sus errores”.

Entre estos errores, mencionó porque refleja “que prefirieron eso a la institucionalidad” y que “por generar impunidad sacrificaron a un ministro, y en consecuencia se agravó la pérdida de confianza”.

No obstante, Eguren indicó que esta situación no debe ser aprovechada por la oposición para debilitar al gobierno, porque se afectaría el desarrollo de la economía y el ambiente preelectoral. “Sería un error [...] hay que actuar con responsabilidad con el país y me refiero al gobierno, a los líderes políticos y al Congreso en su conjunto”.

El escenario en el Congreso
En la noche del martes, llegó una nota de prensa a las redacciones en la cual se anunciaba que el congresista aprista Javier Velásquez Quesquén presentaría una moción de interpelación contra el primer ministro Pedro Cateriano y el titular del Interior, José Luis Pérez Guadalupe, lo que ensombrecía más la mellada situación del Ejecutivo.

Ayer este Diario conoció que ni las bancadas del PPC-AP se sumarán a esta iniciativa en aras de la gobernabilidad del país. Los fujimoristas solo dejaron abierta la posibilidad de apoyar una interpelación a Pérez Guadalupe, pues la ex procuradora Julia Príncipe dependía funcionalmente de su despacho.

Hasta el cierre de esta edición, Solidaridad Nacional no había tomado una decisión y solo Dignidad y Democracia, que agrupa a los disidentes del nacionalismo, iba a apoyar la moción, según su vocero, Juan Pari.

“Me siento desamparada”
Por la noche, este Diario le preguntó a Nadine Heredia si haría un mea culpa o autocrítica sobre la manera como ha venido desempeñando su papel de primera dama.

“Yo no he optado como en el pasado en hacer una ONG, tratando de que empresarios donen a la ONG que la primera dama crea para que por allí venga el dinero [...] yo lo único que he venido haciendo es visibilizar las políticas del gobierno en educación, salud, me he considerado una activista de este gobierno”, se limitó a responder.

Nadine Heredia también dijo por la celeridad con la que resolvió su caso el Tribunal Constitucional y “desamparada” por la justicia.

Consultada si tras este fallo se allanará a la investigación que el fiscal Ricardo Rojas le abrió por lavado de activos y que fue archivada, Heredia señaló que solo está recurriendo a los mecanismos legales que existen para defenderse. Sobre la posibilidad de acudir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, dijo que no se había tomado una decisión.

Nadine Heredia aprovechó la oportunidad para de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, quien en la víspera emplazó a Humala a separar a su esposa del cargo de primera dama “por estar perturbando el orden constitucional” del país.

La esposa de Humala contraatacó: “A lo mejor Keiko recuerda cuando usurpó el lugar de su madre”, en alusión al papel que asumió durante el gobierno de su padre. En otro momento, la presidenta del nacionalismo dijo ser la “más perjudicada” con la salida de Príncipe, porque ha sido señalada cuando “no he tenido nada que ver”.

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