Fernando Vivas

“Montoya es capaz de irse con Cerrón”, me dijo un connotado fujimorista meses atrás sobre el portavoz de Renovación Popular (RP). Sin embargo, he indagado con fuentes fujimoristas y apepistas que llevaron las riendas de las negociaciones y me dicen que Montoya fue terco y esquivo a los entendimientos, pero no amenazó irse con la bestia negra de los vacadores. De la sangre que llegó al río, esta vez, Montoya no ha sido el primer ni único culpable.