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La gestión de en la conducción del Parlamento estuvo marcada por una agenda impulsada desde el Poder Ejecutivo. Una reforma de justicia y dos reformas políticas –acompañadas por dos cuestiones de confianza– fueron lo más resaltante de este último año, en el que la presidencia del Parlamento no estuvo supeditada a .

En lo cuantitativo, la producción de leyes en el período de Salaverry se mantiene en el rango de su antecesor Luis Galarreta: por encima de las 180 leyes aprobadas en el pleno. Las leyes declarativas siguen en el primer lugar, no tanto como en la gestión de Galarreta, pero sí por encima de la de Luz Salgado. El segundo rubro de mayor producción estuvo enfocado en lo económico-presupuestal.

Los temas que siguen en la lista son justicia, agricultura y reforma política. De estos, el segundo punto está ligado a la convocatoria de Daniel Salaverry de un pleno exclusivo para debatir proyectos agrarios.  Los otros dos puntos fuertes de la agenda fueron los pauteados desde Palacio de Gobierno.

Primero, el paquete conjunto de reforma de justicia y política que se sometió a referéndum. Segundo, otro paquete de reforma política producto de una comisión de alto nivel convocada por el gobierno.

Ambas propuestas del Ejecutivo estuvieron acompañadas por cuestiones de confianza como mecanismo de presión para la aprobación de las iniciativas planteadas.

Juego en pared
Tres meses después de asumida la presidencia del Legislativo, Salaverry pidió licencia a Fuerza Popular e inició su distanciamiento de la bancada que lo llevó al poder. De esta manera, el exfujimorista indicó que tendría la libertad para “representar” a los otros 129 legisladores.

La licencia se convirtió en renuncia dos meses más tarde y su otrora bancada asumió una postura crítica de su gestión, incluso buscaron censurarlo. Esos gestos fueron una rama de olivo para el Ejecutivo.
“Consciente o inconscientemente, Salaverry jugó en pared con el Ejecutivo. Difícilmente, lo que propuso el Ejecutivo hubiera encontrado una salida favorable bajo la presidencia de otro legislador de Fuerza Popular.

Tanto los proyectos del referéndum como los de ahora [la última reforma aprobada] salieron adelante por decisiones claves de Salaverry, como extender la legislatura y poner la agenda en debate.

En los dos primeros años, se dilataban los proyectos que no quería Fuerza Popular. Sea porque había un acuerdo ‘express’ o por mutua ganancia, lo cierto es que los triunfos de aprobar las normas del Ejecutivo dependen de Salaverry”, señala Andrés Calderón, director de la Clínica Jurídica de la Facultad de Derecho de la Universidad del Pacífico.

El analista Fernando Cáceres recordó que fue Salaverry quien logró el consenso para que los proyectos del Ejecutivo se aprobaran en la fecha requerida para el referéndum de diciembre. “Es bastante atípico su mandato. Encuentra coincidencias con un que teóricamente tenía a una bancada [Peruanos por el Kambio], pero en la práctica estaba solo. Entonces, Salaverry rompe con el fujimorismo en enero y tenía una bancada que solo le buscaba pelea. Ahí encontraron una coincidencia de intereses”, refirió Cáceres.

Salaverry también permitió la creación de nuevos grupos parlamentarios, como la Bancada Liberal, hoy más oficialista que Peruanos por el Kambio.

Lo que se viene
Quedan dos años de este período congresal y una incertidumbre por la producción legislativa sin el incentivo de la reelección. Tanto Calderón como Cáceres coincidieron en que el escenario dependerá de quién asuma la conducción del Parlamento.

En el caso de que Fuerza Popular logre la presidencia a través de aliados, el panorama legislativo podría centrarse en los intereses con miras al 2021.

“Lo que más les preocupa es mirar la legislación electoral, bloquear grandes cambios, mantener vallas, no cambiar requisitos que faciliten la entrada de otros competidores. Y eventualmente algo sobre temas penales si la cosa se complica”, afirmó Calderón.

Si la casación presentada por Keiko Fujimori no le es favorable, y si en el lapso de un año se dicta alguna sentencia en primera instancia sobre casos más avanzados como el de Ollanta Humala, Calderón añadió que Fuerza Popular buscará contrarrestar esas posibles decisiones desde el Parlamento. “Ya no se la juegan por la reelección, sino por la subsistencia de sus dirigentes”, apuntó.

Pero Cáceres advirtió que el camino será complicado, pues las bancadas minoritarias impulsarán la recomposición de las comisiones. En esta reestructuración, Fuerza Popular pierde la mayoría en las instancias decisorias del Parlamento