(Ilustración: Víctor Sanjinez)
(Ilustración: Víctor Sanjinez)
Fernando Vivas

Un oficialista leal a me dice: “Dos vacancias son como dos cirugías, te dejan molido”. Pero esta nueva intervención, si seguimos la mórbida figura, será distinta. ¿Por qué?

La moción de vacancia presentada el jueves es más plural que la de diciembre, pues a los vacadores primigenios se suman hoy quienes se sintieron engañados por el indulto y por nuevos indicios de que el presidente habría tenido una conducta impropia cuando fue ministro de Toledo y su empresa Westfield hacía negocios con el Estado y con Odebrecht.

Ahora, el fujimorismo keikista coincide con su antagónico Nuevo Perú, que no votó en diciembre porque temió dar pie a un interregno fujimorista con mayoría absoluta si renunciaban Martín Vizcarra y Mercedes Araoz a asumir la sucesión, tal como amenazó el presidente en su mensaje a la nación del 20 de diciembre, flanqueado por sus vices.

Como prueba de que la moción es plural en su génesis y en su manejo, hubo una reunión de vacadores en casa de Víctor Andrés García Belaunde (he confirmado esto con alguien que estuvo en la cita), en la que se intercambiaron criterios y fechas para echar el proceso a andar.

El dueño de casa, por ejemplo, creía que era mejor postergar el proceso para que el debate sea luego de la Cumbre de las Américas del 13 y 14 de abril. Pero los fujimoristas, entre otros, temían que ello dejaría al gobierno con más tiempo para tentar a congresistas con obras, empleos, viajes y lo que la desesperación de la coyuntura engendrase. Ganó, entonces, la posición de presentar la moción ya mismo, calculando que el debate se hará luego del 16 de marzo, en que PPK debe comparecer ante la Comisión Lava Jato.

Fue por una suerte de acuerdo plural, para no decir multipartidario, pues había congresistas que no representaban a sus bancadas, que César Villanueva asumió la vocería de la vacancia. No fujimorista, no enemigo del gobierno (votó en ámbar la vez pasada), no centralista, sobrio ex primer ministro y amigo de Martín Vizcarra desde que coincidieron en la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (la ANGR de la que César era presidente y Martín exitoso gobernador de Moquegua), Villanueva refuerza el color plural y desfujimorizado que pretende tener la moción.

Ahora bien, esta pluralidad de votos no asegura que los haya más que la otra vez. El trauma del 21 de diciembre, cuando Kenji y los ‘avengers’ rompieron la bankada, corroe de dudas a los vacadores. Por eso, hoy hacen una aritmética raspante que me la explicaron así cuando hablé con uno de los promotores: 55 de los 59 que quedan en Fuerza Popular, porque se sospecha que 4 podrían sucumbir ante las ofertas oficialistas de obras en sus regiones, más los 20 de las dos izquierdas hacen 75. Los 12 restantes, pues se necesitan 87 (dos tercios del total de 130 congresistas), se calculan, a duras penas, entre algunos apristas, algunos apepistas y algunos acciopopulistas (pero, ojo, hablé con uno de estos últimos y me contó que si bien la vez pasada solo ‘Vitocho’ y Armando Villanueva votaron a favor de vacar, esta vez Yonhy Lescano ha manifestado su cambio de opinión y Edmundo del Águila y Miguel Román, de quienes se dice que fueron influidos por la posición antivacancia de Raúl Diez Canseco en diciembre, también podrían cambiar de opinión junto con este).

La suma raspante se completa con los independientes Yeni Vilcatoma y Julio Rosas. Por cierto, mis fuentes llegan a deslizar sospechas de compra de votos por parte del gobierno, con prebendas. En algunos casos, mencionan nombres que no consigno por tratarse de imputaciones comprometedoras. En este contexto, llama la atención el caso del puneño Lucio Ávila, pues, tras su pase a los ‘avengers’ en febrero, se ha jactado en un tuit, hace pocos días, de que Pro Inversión ha dado luz verde a un proyecto de tratamiento de aguas del Titicaca por el que dice haber bregado.

Los vacadores, sobre todo Fuerza Popular, arriesgan mucho. Un doble fracaso se tomaría por insistencia malsana en empeorar las cosas; y PPK no da muestras de estar dispuesto a conjurar ese caos con su renuncia, una salida intermedia que complacería a los primeros. Sus pocos leales (Mercedes Araoz, Juan Sheput, Gilbert Violeta, Guido Lombardi, Carlos Bruce) lo apoyan en su renuencia a renunciar y emplazan al sucesor por ley, Martín Vizcarra, a definir su actitud. Al comparecer mudo en el mensaje del 20 de diciembre, el primer vice pareció dejar sin efecto su tuit de unos días antes, el 15, cuando dijo: “Nuestro compromiso es con la gobernabilidad, respetando la Constitución y las instituciones democráticas”.

Por eso, ahora, vacables y vacadores están tan pendientes de su más mínima señal. Y los oficialistas decidieron emplazarlo al unísono. Pero el presidente fue más lejos. Con ironía y ambigüedad, espetó la palabra ‘traidores’. Y Vizcarra, hasta el cierre de esta edición, no responde ni provocaciones ni preguntas. (Sin hacerme ilusiones, le pregunté si en las próximas horas dará una señal. Me dejó en ‘visto’).

—¡Habla, Martín!—
Los emplazamientos del oficialismo delatan que Martín ha cortado la comunicación política con el gobierno. Meche Araoz añade un matiz. Le dijo a Aldo Mariátegui que ella sí se comunica con él y recientemente chatearon sobre algo referido a su trabajo de embajador en Canadá.

¿Habló Vizcarra con los vacadores? Les he preguntado en on y en off the record, de varias formas, y dicen que no y que no están seguros de si otros lo han hecho. Incluso he hablado con el propio Villanueva, quien no me soltó prenda, pero sí me dijo que lo conoce bien y sabe que cumplirá el mandato que por Constitución le corresponde. Una fuente cercana a Villanueva me dijo algo más, que este sí conversó con Vizcarra en diciembre y que le criticó por haberse prestado al mensaje a la nación del día 20. Vizcarra le respondió: “Sentí que era lo que tenía que hacer”, refiriéndose al momento y a que PPK se lo pidió.

Villanueva, según mi fuente, le replicó que la sucesión es un mandato constitucional, y el primer vicepresidente no puso ningún reparo ante ello. César, concluyó mi fuente, no tiene duda de que Vizcarra estará a la altura de las circunstancias. Si Vizcarra ha hablado con un emisario del fujimorismo, es algo que presumen otros de los vacadores (una fuente del Frente Amplio me confesó su temor de que este fuese captado por FP, y que por esa razón confiaban en que Villanueva lo convenciera de guardar un equilibrio). No he podido comprobarlo para esta crónica. Cuando indagué por posibles ministros y acciones en caso de confirmarse la sucesión, me dijeron que difícilmente ficharía a ministros fujimoristas, pero sí a figuras que tiendan puentes con el fujimorismo. Tampoco veían posible la continuidad de Meche Araoz en la PCM. Sí creen, especialmente Villanueva, quien es descentralista, que Vizcarra enrolaría a ministros provincianos. Pero, antes que todo eso, PPK tendría que ser vacado y los cálculos son inciertos. “Cualquier cosa puede suceder en estas eternas semanas”, dijo un vacador.

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