El ex presidente Alejandro Toledo se encuentra en Estados Unidos desde enero de 2017 (Foto: EFE)
El ex presidente Alejandro Toledo se encuentra en Estados Unidos desde enero de 2017 (Foto: EFE)
Diana Seminario

En el Año de la Lucha contra la Corrupción, parece que nuestra justicia tiene favoritos, o al menos intocables; sino no se explica cómo después de dos años de que se determinara la prisión preventiva para el ex presidente , este sigue tan orondo viviendo sin mayores problemas en Estados Unidos.

La historia de Toledo no es nueva. Ha sido el propio ex hombre fuerte de Odebrecht en el Perú Jorge Barata quien reveló cómo sobornaron al ex mandatario con 20 millones de dólares para la construcción de la carretera Interoceánica Sur.

Y como pareciera que la suerte siempre le sonríe a don Alejandro Celestino, salió del país en enero del 2017, pocos días antes de que se dictara la prisión preventiva en su contra. ¿Será que alguien le avisó que mejor se pusiera a buen recaudo? ¿Pero a quién se le puede ocurrir pensar eso?

Dicen que en política no hay que ser ingenuos, y resulta que quienes siempre reciben las ‘primicias’ del Ministerio Público fueron más que cercanos a los Toledo-Karp. ¿Piensa mal y acertarás?

Lo cierto es que fue durante la gestión del siempre bien ponderado fiscal de la Nación Pablo Sánchez que Toledo levantó vuelo. Sí, el buen Toledo, “el que siempre elige ponerse del lado correcto del tablero: el de la decencia”, como lo describiera un columnista ‘claro y directo’.

Pero a los discursos anticorrupción se les acaban las palabras, cuando nos enteramos por el propio ministro de Justicia, Vicente Zeballos, que el Estado Peruano no cuenta con un abogado para que siga el caso de la extradición del mandatario en Estados Unidos.

¿No debe ser acaso este un asunto prioritario? Parece que no, pues ya llevamos mucho tiempo ‘evaluando perfiles’. Tampoco faltan los oportunos y comedidos informes que dan cuenta detallada de lo largos y tediosos que pueden ser los procesos de extradición en Estados Unidos. Justificaciones sobran.

¡Hasta nos llegaron a decir que Pedro Pablo Kuczynski había hablado con Donald Trump por teléfono por el Caso Toledo! Y cuando el tema del ex presidente quemaba, PPK tuvo que viajar a Estados Unidos. La rapidez culminó con una publicación en redes sociales de Eliane Karp: “¡Qué vergüenza, PPK, tú que tantos negocios y lobbies has hecho! No me hagas hablar, ¡pero sé lo que hiciste la última vez!”. ¡Y vaya si lo sabía!

El Caso Toledo –en el que las evidencias sobran–, ya parece ser un tema tabú en nuestro país. Ni al presidente Vizcarra –tan locuaz para criticar a las cabezas de otros poderes– se le ha movido una ceja por la lentitud y parsimonia de su ministro de Justicia. ¿Prosperará la moción de interpelación contra Zeballos?

Entre tanto, Alejandro y Eliane siguen disfrutando del sol de California, de las playas de Florida, de los viajes, de las cenas en exquisitos restaurantes. Nunca faltará un peruano que le tome una foto, que sus compras en el supermercado se viralicen, que sus balbuceos inunden las redes sociales; pero lo único que vuelve al Perú es la caricatura de su personaje, esta vez convertida en un mal chiste.

¿Y Toledo para cuándo?