(Foto: Presidencia)
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Diana Seminario

Quien tenga un teléfono celular sabe perfectamente qué significa el término ‘modo avión’, pero bien vale la pena recordarlo: poner el aparato en modo avión significa que sin apagar el teléfono este deja de recibir llamadas y todo tipo de notificaciones. Es decir, sus funciones se mantienen intactas, pero no se ejercen.

Algo así viene ocurriendo con el presidente , quien desde hace un buen tiempo se encuentra en modo avión. Ejerce la presidencia, pero no manda, o como lo escribió Juan Paredes Castro en su columna de ayer: “Es un presidente técnicamente vacado, pero políticamente en funciones”.

Estar en modo avión supone, además, que si quieres que tu teléfono tenga una recarga rápida de batería, lo mejor es enmudecerlo y así sobrevivirá. Esta situación la entienden bien los políticos que pasan muchas tormentas gracias a “hacerse el muertito”.

Pero la población no se deja engañar, el ciudadano de a pie sabe leer muy bien la coyuntura, por eso ayer en la encuesta que publicó este Diario, la aprobación a PPK baja al 19% y el 54% considera que debe ser vacado. Esta cifra es preocupante si se tiene en cuenta –como lo mencionó Alfredo Torres en su artículo– que en el 2000, tras la difusión de los ‘vladivideos’, el 52% estaba de acuerdo con la salida de Alberto Fujimori de la Presidencia de la República, en el 2005 el 58% aprobaba la destitución de Toledo y en el 2010 cuando Humala planteó vacar a Alan García el 24% estuvo de acuerdo. Saque sus conclusiones.

Es precisamente la opinión pública la que entiende claramente la precaria situación del mandatario, quien no puede explicar cómo mientras era primer ministro y ministro de Economía su empresa asesoraba a una de las postoras y contratistas del gobierno del que él era autoridad. Si eso no es conflicto de intereses y un grave indicio de corrupción… entonces estamos ciegos.

Quienes promueven el segundo pedido de vacancia presidencial son los mismos que en diciembre, habiendo tenido la oportunidad de destituir al presidente, dejaron el hemiciclo para no sumarse a una “actitud golpista”. Es decir, pasaron por alto las acusaciones de conflicto de intereses y de corrupción, y ahora quieren vacarlo por lo mismo de lo que se abstuvieron; pero sabemos que su motivación principal es que PPK indultó a Fujimori, por lo que muchos ya la perciben como una propuesta viciada.

Sin embargo, el que la izquierda quiera remover a PPK a “su modo” no significa que no deba evaluarse una renuncia digna, y que la sucesión constitucional se mantenga intacta, teniendo a Martín Vizcarra en la Presidencia de la República.

Lamentablemente, pugnas y juegos alrededor del trono buscan mellar las posibilidades legítimas de Vizcarra.

Es momento de que primen la responsabilidad y el respeto. Ponerle piedras a Vizcarra es una actitud golpista.

A ver si desactivamos el modo avión y ya recargados tomamos la mejor decisión para el país.

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