(Vídeo: El Comercio)
Martín León Espinosa

Si no ha sido la justicia, a los ex presidentes peruanos con vida los han perseguido –y persiguen– las investigaciones y los escándalos políticos.

A fines de enero de este año, una corte de Italia sentenció a cadena perpetua al ex presidente de facto Francisco Morales Bermúdez (1975-1980) por su implicación en el llamado Plan Cóndor.

Al igual que Morales Bermúdez –aunque en el Perú–, Alberto Fujimori (1990-2000) fue condenado a prisión por varios procesos y delitos cometidos durante su mandato. Desde la década pasada él está en prisión.

Los otros tres ex presidentes vivos, Alejandro Toledo (2001-2006), Alan García (1985-1990 y 2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016), no han sido sentenciados, pero sí han sido (y son aún) protagonistas de indagaciones fiscales y congresales.

Toledo, García y Humala han sido muy afectados por escándalos de hechos ocurridos durante sus administraciones, como el Caso Odebrecht.

En diciembre pasado, la constructora brasileña reconoció que entregó US$29 millones a funcionarios peruanos para obtener obras entre los años 2005 y 2014.

La fiscalía inició investigaciones preparatorias contra Toledo y Humala por hechos relacionados al caso. De acuerdo a sus indagaciones, ambos ex mandatarios recibieron dinero de Odebrecht. Contra Toledo –actualmente en Estados Unidos– hay dos órdenes de 18 meses de prisión preventiva. En el caso de Humala, el Poder Judicial decidirá este miércoles si acepta el pedido de la fiscalía de 18 meses de prisión preventiva.

Respecto a García, el Ministerio Público investiga a ex funcionarios de su segundo gobierno acusados de recibir sobornos de la constructora.

De acuerdo a una encuesta de El Comercio-Ipsos publicada en enero pasado, más del 90% de los personas que tenían conocimiento de las coimas de Odebrecht (el 59% de los entrevistados) consideraba que los ex mandatarios recibieron dinero de la empresa.

En la encuesta también se incluyó a Fujimori, cuyo gobierno no fue mencionado por Odebrecht como receptor de sobornos, aunque la compañía ejecutó varios proyectos durante su gobierno. El 78% de los que sabían de los sobornos creía que Fujimori recibió dinero de la empresa brasileña.

Para el analista político Arturo Maldonado, es “una coincidencia desafortunada” que los ex mandatarios vivos tengan cuestionamientos.

“Cayó lo de Odebrecht y lo del juicio en Italia, y ahora todos los ex presidentes están en el ojo público. Es algo que habla mal de nuestra clase política. Esto de todas manera mina la imagen de la presidencia en el Perú, que debería tener cierto prestigio y respeto”, señaló.

En el mismo sentido opinó el periodista y analista Pedro Tenorio. “Que un político tenga un cuestionamiento o una acusación es parte de la discusión política por haber ocupado un cargo tan importante de decisión. Es consustancial que en determinado momento haya una situación o se investigue. Sin embargo, la coincidencia de los últimos mandatarios ahonda esa desazón”, indicó.

“Y lo más grave es que quienes concentran el rechazo, las sospechas, la desaprobación, la sensación de que ocultan algo, son precisamente ex presidentes. Y eso es lamentable para una sociedad como la nuestra, que está intentando salir de lo que significó la década de los noventa”, agregó.

(Elaboración: El Comercio)

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—Efectos en el sistema—
Pero las consecuencias de las acusaciones contra los ex jefes de Estado van más allá de la coyuntura.

El investigador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) Martín Tanaka considera que contextos como el actual pueden ahondar el rechazo hacia los políticos e instituciones del país. “La gente no confía en el sistema, no confía en los políticos. Muy rápidamente los condena. Ya de antemano tiene una opinión negativa de los políticos”, comentó.

Tanaka cree que para que situaciones como la actual no profundicen el descrédito en la política del país  ayudaría tener un Poder Judicial confiable. “Si contáramos con un Poder Judicial creíble, alguien que es investigado y luego es declarado inocente, o su proceso se cancela, puede decir: ‘Oiga, ustedes desconfiaban de mí, y ahora me han absuelto’. Pero los ciudadanos peruanos tampoco confían en el Poder Judicial y, más bien, muchas veces, en vez de pensar en que la persona es inocente, también piensan que el Poder Judicial es corrupto”, señaló.

“Es la sensación que hay y por eso las encuestas reflejan ese malestar”, agregó Tanaka en referencia a los resultados de Ipsos sobre las coimas de Odebrecht.

—Elecciones y ‘outsiders’—
La situación, además, podría tener efectos en futuras elecciones, como las presidenciales del 2021.

Para Tanaka, aunque es temprano, el escenario puede llevar a la aparición de un nuevo ‘outsider’. “[Puede surgir] un candidato que diga: ‘Todos los otros políticos son corruptos y están manchados por la corrupción. Yo soy nuevo, estoy limpio’. Esto si las investigaciones [de casos como Odebrecht] finalmente terminan manchando a todos: al fujimorismo, a Toledo, a Humala, a Kuczynski. La esperanza parecería estar en alguien que no haya tenido ninguna participación con los anteriores”, proyectó el experto.

Tenorio cree que casos como el de Odebrecht generarán desgaste en los políticos y eso también se reflejaría en el 2021. Recordó que algo similar ocurrió con García y Toledo en los comicios del 2016, en los que no pasaron del 5% de los votos, muy probablemente afectados por casos como los narcoindultos y Ecoteva.

Las consecuencias también podrían verse en las elecciones municipales y regionales del 2018.

Maldonado recordó que en casos como Lava Jato se ha señalado a tres gobiernos, pero hay autoridades locales y regionales que también pueden ser investigadas. “En este momento están pasando desapercibidos, pero una vez que comience la carrera [electoral], los competidores intentarán escarbar estos datos para echarse abajo candidaturas”, afirmó.

Para el analista político Luis Fernando Nunes, la situación actual es un llamado de atención no solo para los políticos, sino también a la ciudadanía. “A veces pasa que criticamos a la clase política, pero convivimos y toleramos la corrupción”, manifestó.

(Nota publicada originalmente el 29 de enero del 2017. Actualizada el 11 de julio)

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