El Ministerio Público todavía no ha podido interrogar a Leo Pinheiro, ex presidente de la constructora OAS. (Foto: GEC)
El Ministerio Público todavía no ha podido interrogar a Leo Pinheiro, ex presidente de la constructora OAS. (Foto: GEC)
Redacción EC

Jose Adelmario ‘Leo’ Pinheiro ya ha declarado dos veces ante los fiscales peruanos del Equipo Especial para el Caso Lava Jato. La segunda vez ha sido el pasado martes y por once horas. Este nuevo interrogatorio ha dejado, quizás, muchas más revelaciones sobre los pagos ilícitos que la constructora brasileña OAS, la empresa que presidió, hizo en el Perú a través de los años.

Desde el 2017, solo se escuchaba y se hablaba de Odebrecht, empresa con la que el Ministerio Público ya ha suscrito un acuerdo de colaboración, actualmente homologado por el Poder Judicial.

Este 2019 es el año de las revelaciones de OAS, una de las constructoras brasileñas con mayor participación en los megaproyectos realizados en el Perú, según un informe de la contraloría del 2017. Tercera, después de Odebrecht. 

El miércoles 13 de marzo pasado, hace cuatro meses, OAS firmó en Brasil un acta de compromiso para empezar un proceso de colaboración eficaz con las autoridades peruanas. Es un primer paso. 

“Desde el grado de inversión y participación, la empresa OAS sea tal vez, después de Odebrecht, la que mayor envergadura ha tenido en todas las operaciones en el rubro específico de construcción”, señaló aquella vez el fiscal superior Rafael Vela, jefe del Equipo Especial.

A partir de esa suscripción, la fiscalía empezó a recibir información sobre casos vinculados a la ex primera dama Nadine Heredia, su amiga Rocío Calderón Vinatea, el ex gobernador regional del Cusco Jorge Acurio y los ex alcaldes de Lima Susana Villarán y Luis Castañeda Lossio.

Para entonces, el ex ejecutivo de OAS Alexandre Portela Barbosa había relatado en su delación premiada con la fiscalía brasileña que la constructora utilizó contratos ficticios entre el 2010 y el 2014 en siete países de América, entre ellos el Perú, por un valor de US$120 millones.

La declaración de Pinheiro se convertía en una de las más esperadas. Pero hasta el momento, ¿qué ha dicho?

–Luis Castañeda Lossio–
Pinheiro ratificó el aporte de US$220.000 para la campaña del ex alcalde de Lima Castañeda Lossio del 2014.

Según precisó, ofreció US$100.000, pero Leonardo Fracassi, ex gerente de OAS en el Perú, al que delegó el tema, terminó ofreciendo el primer monto a pedido de Martín Bustamante, hombre de confianza del ex alcalde.

(Foto: Archivo GEC)
(Foto: Archivo GEC)

Además, confirmó a los fiscales peruanos este martes que pagó todos los gastos del viaje a Brasil de Giselle Zegarra, ex funcionaria de la Municipalidad de Lima en la gestión de Castañeda. El objetivo era que ella logre el acercamiento entre el exalcalde y la compañía.

También confirmó dos reuniones en el departamento de Martín Bustamante, hombre de confianza de Castañeda, en Miraflores. De acuerdo al testimonio, en esas citas se habló sobre aportes de OAS a la campaña electoral del 2014.

En otro momento del interrogatorio, los fiscales le preguntaron a Pinheiro sobre lo dicho por un colaborador, quien habría manifestado que OAS iba a aportar US$500 mil para que no se firmara Río Verde, proyecto de la entonces alcaldesa Susana Villarán.

Según el colaborador, OAS entregó US$480 mil a un intermediario de Castañeda Lossio para que no se concretara este proyecto y, a cambio, se construyera el ‘by-pass’ de la avenida 28 de Julio, en el Centro de Lima. Pinheiro respondió que no lo podía precisar, pues él ofreció a Castañeda US$100 mil.

–Nadine Heredia–
El empresario también declaró que luego de que Ollanta Humala fuera elegido presidente en el 2011 y antes de que jurara el cargo, se reunió con él y con su esposa Nadine Heredia en la casa en Brasil del exdirector internacional de OAS César Uzeda, para celebrar su triunfo. 

Según Pinheiro, Humala y Heredia lo llamaron a un costado para agradecerle el apoyo económico que les dio durante la campaña y aprovecharon la ocasión para invitarlo a su juramentación como presidente de la República.

También contó que entre abril y mayo del 2014, se reunió en Palacio de Gobierno con Humala y Heredia. Fue junto a Leonardo Fracassi, entonces jefe de la constructora en Perú. Según Pinheiro, en ese encuentro la ex primera dama le dijo que si hubiera algún pago ilegal por alguna obra, que lo viera con ella. 

(Foto: Archivo GEC)
(Foto: Archivo GEC)

“[...] Nadine Heredia estaba sola, y me preguntó si estábamos haciendo algún tipo de pago indebido a una determinada persona, que era Carlos Paredes, el ministro de Transportes y Comunicaciones (MTC) que [era el] que coordinaba las obras en el Perú para el ‘club de la construcción’”, declaró.

Pinheiro le respondió a la entonces primera dama que desconocía ese tema, pero le prometió que averiguaría. De inmediato, Heredia le respondió “que si hubiera un pago ilegal se suspendiera y que lo viera directamente con ella”.

Según esa versión, Heredia preguntó con quién debía conversar sobre los pagos ilícitos. El ex CEO de OAS respondió que esos temas los podía tratar directamente con  Fracassi. "Tenía la autoridad para ver el tema de los pagamentos o pagos ilícitos. Tengo conocimiento de que Heredia trató con Leonardo Fracassi, pero no tengo conocimiento de los valores [o montos]”, agregó Pinheiro.

Antes de conocer esta declaración, otro ex ejecutivo de la constructora que se ha acogido a la colaboración eficaz señaló que Heredia solicitó US$230.000 a OAS para contratar encuestadoras de opinión con miras a la campaña presidencial del 2016. 

Un dato adicional: además de todas estas revelaciones, se conocía también de los aportes por US$3,5 millones que OAS y Odebrecht entregaron para la campaña presidencial de Humala del 2011.

–'Club de la construcción'–
OAS ganó la buena pro de dos grandes obras. Ambas, según han reconocido colaboradores de la empresa, fueron ganadas como parte del 'club de la construcción'. 

Antes de ser parte de dicho 'club', según un ex ejecutivo de OAS, la compañía no ganaba ninguna licitación a pesar de que contaba con amplia experiencia en la construcción de carreteras en Brasil. 

(Foto: Flickr Presidencia Perú)
(Foto: Flickr Presidencia Perú)

Según los testimonios, OAS habría pagado S/25’478.225 en sobornos por estas dos obras. No se ha conocido aún si Pinheiro ha dado más referencias sobre la participación de la empresa en el 'club'. 

El 28 de marzo del 2012, el Consorcio Vial Santa Rosa (integrado por OAS, Mota Engil y Constructora Upaca S.A.) ganó la buena pro para la construcción de la carretera Lima-Canta por S/319’248.819, pese a que el valor referencial era de S/293’326.002. Es decir, un 8,11% más.

La mecánica fue la misma para la segunda licitación que OAS ganó junto a las empresas Cosapi y Obrainsa a través del Consorcio Vial Quilca-Matarani para construir la carretera Quilca-Matarani por S/553’293.163; es decir, 14,98% más del valor referencial, que era S/505’290.560. 

El llamado 'club de la construcción', según la fiscalía, es una presunta organización criminal integrada por un grupo cerrado de las constructoras más poderosas que operaban en el país, las cuales se repartían las obras públicas que licitaba el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) en lugar de competir entre ellas.

–El centro de convenciones–
Pinheiro también se ha referido en su última –segunda– declaración a la construcción del Centro de Convenciones de Lima, obra realizada por OAS durante el gobierno de Ollanta Humala y que significó una inversión de más de S/ 500 millones.

Al respecto, dijo tener conocimiento de que se hicieron pagos ilícitos, pero señaló desconocer los detalles. Estos, según contó, podrían darlos los ex ejecutivos Fracassi, Ramilton Machado Lima Junior y Alexandre Portella Barbosa.

Esta obra es la más vistosa que la constructora brasileña OAS ha hecho en la capital. El Centro de Convenciones de Lima tuvo un valor total de S/539’127.577,88.

El 5 de marzo del 2014, el proyecto fue entregado a OAS para que lo ejecutara, durante el gobierno de Humala. El Comercio reveló este jueves que el contrato se firmó luego de un proceso de selección que duró menos de cuatro meses.

A diferencia de una obra pública ordinaria, en este caso el Ministerio de Vivienda, entonces dirigido por René Cornejo, firmó un convenio con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) a fin de que contratara a la constructora que iba a ejecutar el proyecto y que iba a administrar los recursos destinados.