El mandatario ha admitido la propiedad de la empresa y los contratos de esta con Odebrecht. Aunque haya sido Sepúlveda el negociador de las consultorías, PPK era ministro y primer ministro cuando se dieron estos tratos. (Foto: Presidencia)
El mandatario ha admitido la propiedad de la empresa y los contratos de esta con Odebrecht. Aunque haya sido Sepúlveda el negociador de las consultorías, PPK era ministro y primer ministro cuando se dieron estos tratos. (Foto: Presidencia)
Diana Seminario

El Perú está en vilo desde hace casi una semana, y lo más peligroso de esta crisis no es si el presidente resulta finalmente vacado, sino el desparpajo de cómo los argumentos de defensa se acomodan según el rival que se tenga delante. Pareciera que el análisis de los hechos importara poco, cuando de lo único que se trata es de salir librados del terrible trance por el que atraviesa actualmente el presidente .

Los hechos –lamentablemente para el presidente y para el país– son contundentes. la empresa Westfield recibió siete pagos de Odebrecht entre el 2004 y 2007.

Las asesorías se hicieron precisamente cuando el ahora presidente peruano se desempeñaba como ministro de Economía y luego presidente del Consejo de Ministros. En ese lapso también ejerció la presidencia de Pro Inversión.

Hay que precisar que PPK fue ministro de Economía desde el 28 de julio del 2001 a julio del 2002. Tras una ausencia de dos años volvió al MEF en febrero del 2004, para luego dejar este portafolio y convertirse en presidente del Consejo de Ministros desde agosto del 2005 hasta el fin de la gestión de Alejandro Toledo, en julio del 2006.

¿Y qué pasó durante ese período? Se dio la ley que declara de interés nacional la Inter-oceánica, se emitió el decreto supremo que exoneró a este proyecto del SNIP, Odebrecht ganó la buena pro de la licitación de la Interoceánica, Pro Inversión –con PPK como presidente– dispuso la aprobación del contrato de la Interoceánica. En julio del 2006 se da inicio a la construcción de la Interoceánica.

En el mensaje a la nación del jueves, y en la entrevista de anoche con mayor amplitud, el propio presidente de la República reconoció que Westfield es de su propiedad, aunque advirtió que su socio Gerardo Sepúlveda fue el único que manejó las relaciones de negocios con la constructora. Entonces, ¿por qué en el 2007 la empresa Westfield le transfirió a PPK US$380.047,48? ¿Será que era la mitad que le correspondía del total de US$782.207 de los siete pagos hechos por Odebrecht?

El artículo 126 de la Constitución es claro: “Los ministros no pueden ser gestores de intereses propios o de terceros ni ejercer actividad lucrativa ni intervenir en la dirección o gestión de empresas o asociaciones privadas”.

El mandatario ha admitido la propiedad de la empresa y los contratos de esta con Odebrecht. Aunque haya sido Sepúlveda el negociador de las consultorías, PPK era ministro y primer ministro cuando se dieron estos tratos.

El más reciente argumento de defensa para evitar la vacancia presidencial es que los pagos fueron legales y figuran en la contabilidad de la constructora brasilera. Nadie ha dicho lo contrario: estos pagos no provienen de la famosa caja 2 ni corresponden a coimas. Sin embargo, resultan inauditos estos tratos con una empresa que precisamente se encontraba licitando con un gobierno en el cual el propietario de la consultora que contrataron era ministro de Economía y primer ministro.

Para muchos este comportamiento puede ser “normal”, porque “todos lo hacen”, pero reviste un claro conflicto de intereses que transgrede la mínima ética.

En un mundo donde el relativismo busca imponerse y muchos intentan acomodar la verdad a sus intereses, los principios son los que deben brillar. Y esta no es la excepción.

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